Eterno caballero andante

Por Teresa de Jesús Torres Espinosa

Con inmenso dolor, habaneros y cubanos todos, conocimos que este viernes 31 de julio nos dejó físicamente el alma de La Habana, el Historiador de la Ciudad, el Dr. Eusebio Leal Spengler, corazón de una urbe a la que consagró toda su monumental obra y vida.

Al Maestro, durante años, se le vio, desde temprano cada mañana, vestido de gris, recorriendo las calles adoquinadas de la otrora villa de San Cristóbal, con la mirada puesta en la defensa de la identidad, la cultura y la memoria histórica de su ciudad..

Con mucha pasión y su prodigioso don de la palabra, que enamoraba, fue el artífice de la obra de restauración que se acomete en el entorno más antiguo de la capital cubana, cuyo Centro Histórico y sistema de fortificaciones militares obtuviera la condición de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1982. A Eusebio lo distinguieron la humildad, modestia y, sobre todo, su humanidad, en tanto rechazaba enérgicamente la envidia, la ingratitud y la vanidad.

El también Director de la Red de Oficinas del Historiador y Conservador de las Ciudades Patrimoniales cubanas, quien fuera consecuente a sus ideas hasta el último instante de su existencia, siempre evocaba la obra de su predecesor, maestro y guía, el primer Historiador de La Habana, Dr. Emilio Roig de Leuchesenring.

“Si hubiera otra vida que esta que conocemos aquí abajo, mi alma vagará eternamente por La Habana. Ha sido el mejor de mis amores, la mejor de mis pasiones, el mayor de mis desafíos. Realmente no sé por qué siempre vuelvo misteriosamente a ella, en la luz y en el silencio, en la vida y en el sueño”, señaló en una de las tantas entrevistas que concediera en su vida, el también Dr. en Ciencias Históricas de la Universidad de La Habana y Maestro en Ciencias Arqueológicas.

Por su incansable y dedicado quehacer a favor del patrimonio material e intangible de una ciudad de más de 500 años, el Dr. Eusebio Leal Spengler  (11-9-1942 / 31-7-2020) recibió innumerables distinciones y medallas en Cuba y el mundo.

En noviembre de 2019, a pocos días de que La Habana exhibiera su corona del quinto centanario, recorrió las calles del Centro Histórico con los Reyes de España, Felipe VI y Letizia Ortiz, y, en el Salón de los Espejos del antiguo Palacio de los Capitanes Generales, hoy Museo de la Ciudad, recibió de manos de Felipe VI, la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, la más alta de las órdenes civiles de este país europeo.

Pocas jornadas después, resultaron muy emotivas las palabras expresadas por el Dr. Leal en la inauguración de las obras de restauración del antiguo Castillo de Atarés, cuando, para dirigirse a los allí presentes, pidió permiso para sentarse en una silla: “Perdónenme que haya tenido que estar un poco sentado, porque estoy un poco fatigado; pero la fatiga  no es el resultado de lo que no ha podido vencerme, ni derrotarme. Es que vengo caminando hace mucho tiempo, hace muchas décadas, hace muchos siglos”.

El Maestro, el guerrero de mil batallas se ha ido físicamente, pero su espíritu y sus ideas siempre permanecerán vivos e inspirarán a sus millones de seguidores. Sus ideas cabalgarán eternamente en cada rincón de su Habana, la que –como aseveraba– enamora y atrae; la que maravilla a pesar de sus descuidos; la que también invoca a sus héroes y a sus calles…”.

 

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