Por: Dr. Arq. Daniel M. Taboada Espiniella
“Interior Casa de la Obra Pía” (Traspatio, caballerizas)
En el traspatio aparece una arquitectura de menos recursos que en el resto de la casona, de pies derechos de madera en los dos niveles y galería y pasillo de techos inclinados de moderadas proporciones. El traspatio, como era tradicional, se aprovechaba para la siembra de plantas de medicina verde, flores de olor, plantas aromáticas propias de la cocina criolla. Y era el ámbito propio de la hermética comunicación vertical de la servidumbre.
Un esclavo de importancia en planta baja, con estancia en los bajos de la escalera de servicio, en el traspatio, era el calesero, único que trataba con el amo, responsable del transporte y cuidado de los caballos, sus arreos y guarniciones, especialmente valiosos cuando tenían detalles de plata en estribos y monturas. El propio vestuario y el sombrero lo identificaban, por llevar al igual que la chaqueta galones con los escudos nobiliarios bordados en seda de colores fabricados en París.
En la planta baja también se encuentran las caballerizas, un retrete de moderadas proporciones con fosa común y la letrina receptora sanitaria de las aguas negras, de inmenso interés arqueológico, estudiado en su momento por Luis Grajales Quesada (nieto de Mariana Grajales), con las pirámides de sedimentación receptoras de anillos, monedas, restos de huesos de alimentación, loza y cerámica. Paralelamente la Dra. Lourdes Domínguez era precursora de la actualmente conocida Arqueología Colonial Urbana, actividad que ha ido ganando importancia con el paso del tiempo y resulta imprescindible para la confección de un proyecto de intervención constructiva en la arquitectura patrimonial.
Se supone que otras caballerizas encontradas en el patio eran tributarias de este espacio y su pavimento era de tabla de madera y canalizaciones propias de esta función, en un terreno anexo a la parcela primitiva (martillo). El señalamiento de caballerizas por Weiss ocurre al fondo de la larga parcela comprada por Calvo de la Puerta a Montaño y es lógica su apreciación, pero él no pudo nunca hacer investigaciones arqueológicas en el lugar, en contraste con la época de esta intervención de los 60/70, con profesionales como Arnaldo Pallarés, Lourdes Domínguez, Valdespino, entre otros, actividades siempre coordinadas con el Grupo Técnico de la Comisión Nacional de Monumentos. El lugar destinado a los coches, pudiera haber sido el zaguán u otros espacios propios en planta baja, con entrada al traspatio desde la calle Obrapía, en el límite parcelario de la antigua propiedad de Montaño.
En la noche aparecía otro personaje de la época, el sereno, que controlaba las grandes y pesadas llaves de portones de varios vecinos de la cuadra, siempre atento a quien entraba o salía de una casa bajo su custodia. Es bueno observar en toda su magnitud la casona desde el patio, vamos a conocer la planta noble habitada por los propietarios. (Continuará el próximo jueves)
Equipo de trabajo:
MsC. Marbelys Giraudy Gómez
Dr. Arq. Daniel Taboada Espiniella
MsC. Denny Cabrera Acosta