Los públicos en Rutas y Andares

El estudio longitudinal del proyecto Rutas y Andares ha tenido gran importancia en la continuidad y diversificación de la estrategia comunicativa. El análisis de los resultados cuantitativos y cualitativos obtenidos a lo largo de estos años permite apreciar con mayor claridad el alcance del proyecto y su impacto en los públicos.

A partir de la primera edición, en el año 2001, los niveles de participación muestran un comportamiento creciente con discretas oscilaciones. En las últimas dos ediciones las cifras superan las dieciséis mil visitas, los valores más altos registrados.

Desde los primeros momentos la iniciativa cautivó a los públicos, ávidos de disfrutar durante los meses de verano junto a su familia de opciones culturales en los museos y centros culturales. El crecimiento de la estrategia de promoción, fortalecida con el identificador y la visualidad, el uso de diversos soportes comunicativos propios y la presencia en los medios masivos de comunicación, ha favorecido el aumento de visitantes.

La satisfacción de las personas que forman parte de Rutas y Andares también ha sido un factor clave en la prolongación de esta experiencia a nuevos públicos. El interés por participar en el proyecto se extiende entre los familiares y amigos de quienes participan. La incorporación de nuevas modalidades dentro el proyecto inicial ha incentivado la participación de grupos etarios específicos.

Las experiencias iniciales quedaron enmarcadas fundamentalmente al público de La Habana Vieja. En el año 2005, la afluencia de personas de este municipio representó el 13,8% de la participación total, seguido de Plaza de la Revolución (12,5%) y Centro Habana (10%). En los años siguientes, la consolidación y el alcance de la estrategia promocional, atrajo el interés de personas de otros municipios de la capital. En la actualidad puede apreciarse la afluencia de visitantes de todos los municipios de La Habana, incluso de otras provincias del país, los cuales aprovechan sus vacaciones en la capital para disfrutar de las propuestas de verano en el Centro Histórico.

En las últimas ediciones, la afluencia de visitantes de municipios limítrofes o cercanos geográficamente es comparativamente superior a la de personas de La Habana Vieja, notándose una disminución de visitantes procedentes de este último municipio. En 2019, el 13,2% de quienes participaron residían en Centro Habana, el 13% en Plaza de la Revolución, mientras que el 9%, residía en La Habana Vieja. En el año 2018, se realizó un análisis detallado del alcance que ha tenido Rutas y Andares en la comunidad de La Habana Vieja y se trabaja en una estrategia para fortalecer la participación de sus habitantes en el proyecto.

El perfil de los públicos de Rutas y Andares apunta a una mayor presencia de mujeres, diferencial en la participación según sexo que con algunas variaciones se ha mantenido en cada edición. Son las personas adultas y adultas mayores los públicos con una participación mayoritaria. En la primera edición del proyecto, las personas adultas representaron el 59% del total de participantes, mientras que las personas adultas mayores constituyeron el 5%; en tanto en el año 2019 los adultos representaron el 52% y las personas adultas mayores el 26%, siendo considerable en años recientes la presencia de personas que pertenecen a este último grupo etario.

En relación al nivel de escolaridad destaca el predominio de personas universitarias, seguido de aquellas con nivel preuniversitario o técnico medio. Siendo mayoría, este público ha crecido considerablemente, lo que habla de personas con una alta preparación profesional, con intereses por este tipo de prácticas culturales, que se han convertido en públicos habituales del proyecto y por tanto demandan contenidos cada vez más especializados. Podemos ver cómo en el primer año el 48% de los asistentes tenían nivel universitario y el 34% nivel preuniversitario o técnico medio. En el 2019, el número de visitantes con titularidad universitaria constituyó el 60%.

Los resultados refuerzan el carácter familiar de Rutas y Andares. Una gran parte de los visitantes acuden en compañía de familiares (46% de estos) y amigos (34%). El concepto de familia amplía no solo a la formada a partir de lazos de consanguinidad, incluye, además, la familia creada fruto de los vínculos entre las personas que se dan cita y reencuentran cada verano.

Las campañas publicitarias son una parte fundamental del engranaje del proyecto. Indagar en la efectividad que tienen los soportes promocionales es vital para el diseño de cada campaña. Las estadísticas muestran la importancia que ha ido ganando para las familias el Programa Cultural y otros soportes comunicativos propios, respecto a otras vías de comunicación casuales: me encontraba cerca y entré. Entre las vías destacan también la recomendación personal de amigos y familiares. La televisión continúa siendo un medio importante para llegar a las audiencias.

Son muchas las personas que se suman por vez primera a descubrir la ciudad, pero es considerable la cifra de quienes han participado en varias ediciones. A solo tres años de creado el proyecto, el 25% de las personas repetían su participación. En el año 2009, el porcentaje de públicos habituales (52%) superó al de personas que asisten por primera vez al proyecto (42%). De manera más detallada puede apreciarse como en el año 2019 se mantiene este comportamiento, el 38% de las personas participantes se acercan por primera vez, el 25% han asistido entre dos y cinco ediciones, el 21% entre seis y diez ediciones, el 13% entre once y dieciséis, en tanto el 3% de las familias han participado durante diecisiete años y más.

Estos resultados muestran varias cuestiones de importancia para el proyecto. Rutas y Andares es capaz de generar un producto cultural atractivo para los públicos habituales, a la vez que conquista cada verano a nuevas audiencias. Por otra parte, es un reflejo de los altos niveles de satisfacción de los públicos, que señalan entre los elementos de su preferencia: los conocimientos adquiridos, la profesionalidad de los guías, los museos, centros culturales y espacios públicos visitados, los temas seleccionados y la organización. Además, los vínculos que se establecen entre las familias.

Además de las sugerencias y recomendaciones, los públicos expresan algunas insatisfacciones relacionadas con las condiciones ambientales, la presencia de ruidos, el intenso calor, barreras arquitectónicas que limitan el desplazamiento, poca disponibilidad de servicios gastronómicos y fallos organizativos puntuales.  Cuestiones en las que el proyecto ha tratado de incidir con la entrega de abanicos artesanales con la visualidad del proyecto, la venta de meriendas al finalizar los andares, entre otras acciones que han resultado bien recibidas por las familias.

De manera general los públicos valoraron el programa cultural de la decimonovena edición como muy bueno (72%) y bueno (23%). Apenas un 3% lo consideró de regular, el 2% de las personas encuestadas no emitió valoración y no hubo ningún calificativo de mal.

La investigación ha ido más allá del análisis de la participación, las características del público, la efectividad de la estrategia de promoción y los niveles de satisfacción. Se ha profundizado en el trabajo educativo de Rutas y Andares en favor de la promoción y preservación del patrimonio tangible e intangible, su impacto en el desarrollo cultural de la comunidad y en grupos etarios específicos, cuestiones indisolublemente vinculadas a su evolución.

El trabajo investigativo proporciona la información necesaria para que cada edición responda más a las demandas del público, logrando propuestas más completas y ajustadas al contexto en el que se desarrolla.

Comments are closed.