Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Con la colocación de una ofrenda floral ante la tumba que guarda los restos del Dr. Emilio Roig de Leuchsenring (La Habana, 1889 – 1964), en el jardín María Teresa de Calcuta del Convento de San Francisco de Asís, comenzó el acto donde fueron evocados los 85 años del nombramiento del destacado intelectual como primer Historiador de La Habana, hecho por el cual se instituyó el primero de julio como Día del Historiador Cubano.
El Dr. en Ciencias Históricas, Félix Julio Alfonso López, señaló que ese fue un hecho de la mayor trascendencia, en el ámbito cultural y patrimonial de la capital cubana y de toda la nación. Subrayó que “al momento de su designación, el 1ero de julio de 1935, el Dr. Roig era un hombre maduro que estaba próximo a cumplir 46 años y era ya una personalidad reconocida en el ámbito de las letras, el derecho y la historiografía cubanas, al tiempo que gozaba de un enorme prestigio entre sus contemporáneos, por sus verticales posturas políticas nacionalistas y antimperialistas”.
El también vicerrector del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana sostuvo que “Emilio Roig sobresalió desde su juventud como un hombre de ideas de izquierda, y dijo que la causa del antimperialismo fue siempre uno de sus grandes temas como historiador y hombre público.
“Sin dudas, indicó, los dos grandes acontecimientos vividos por Emilio Roig en 1935 fueron su nombramiento como Historiador de La Habana, de lo que se desprenderían enseguida un sinnúmero de tareas de salvaguarda del patrimonio histórico habanero y labores diversas de índole cultural; y la publicación de su monumental estudio historiográfico Historia de la Enmienda Platt“.
Recordó que el quehacer de Emilito como encargado de realizar labores históricas en el gobierno de la ciudad se remontaba a 1927, cuando ocupó, a sugerencia de su anterior titular, Ruy de Lugo Viña, el cargo de Comisionado Intermunicipal de La Habana, designado por el alcalde Miguel Mariano Gómez Arias. Cesanteado de dicho contrato por la dictadura, fue repuesto tras la caída de Machado, el 30 de noviembre de 1933, y allí permaneció hasta asumir con propiedad como Historiador de la Ciudad.
También Félix Julio Alfonso López se refirió al estudio del Dr. Roig relacionado con la denominación de las calles del municipio habanero, una faena ardua, pues al decir del patriota, y periodista: “además de su carácter intrínsecamente histórico, significaba un verdadero problema para el municipio, tanto en el orden administrativo como en el urbanístico, el desbarajuste existente en la denominación de las calles de este término municipal”.
Explicó que el Historiador propuso al alcalde la restitución de los nombres antiguos, tradicionales y populares de las calles habaneras “por juzgar que ello es patriótico, cultural, práctico, útil y productivo”, que ninguna calle llevara el nombre de una persona viva y esperar como mínimo diez años, en caso de poner el nombre de una persona fallecida.
Más adelante, aseveró que “el prestigio alcanzado por Emilio Roig lo llevó a formar parte en este periodo de comisiones relacionadas con la defensa del patrimonio cultural. El año 1935 fue también pródigo en sus colaboraciones para la importante revista Carteles, donde mantenía una sección fija bajo el rótulo “Páginas desconocidas u olvidadas de nuestra historia”.
Destacó, finalmente, la gran obra historiográfica dedicada por Roig de Leuchsenring a la Enmienda Platt. Su ensayo, consagrado al examen integral del ominoso y perjudicial apéndice a la Constitución cubana de 1901, apareció publicado en dos volúmenes compactos, bajo el rótulo Historia de la Enmienda Platt. Una interpretación de la realidad cubana. Con su prosa ágil y gallarda, Roig explora cada una de las aristas del fenómeno histórico que conllevó a la adopción de la Ley Platt.
En la sencilla ceremonia, que reunió a un pequeño grupo de colaboradores de la Oficina del Historiador de la Ciudad -quienes respetaron las normas del distanciamiento social a causa de la pandemia de la COVID 19-, María Caridad Pacheco González, miembro del Secretariado nacional de la Unión de Historiadores de Cuba, leyó un mensaje a los historiadores cubanos con motivo de su día.
Precisó Pacheco González que, en ocasión del aniversario 85 de la designación del Dr. Roig como primer Historiador de La Habana, “rememoramos con admiración y respeto a una pléyade de historiadores cubanos, que en los momentos actuales asumen el compromiso renovado de investigar, promover, conservar y enseñar la historia”.