METIDOS EN CASA de la Obra Pía "Casa de la Obra Pía en la villa San Cristóbal y Cuba en el nuevo mundo"

La Casa de la Obra Pía propone una nueva iniciativa para promover los valores patrimoniales a través de las plataformas digitales, en tiempos de aislamiento. Cada jueves se publicarán en su página de Facebook comentarios de reconocidas personalidades sobre la historia, arquitectura y colecciones de esta casa-museo del Centro Histórico.
A continuación publicamos el segundo de estos comentarios:
 METIDOS EN CASA de la Obra Pía

“Casa de la Obra Pía en la villa San Cristóbal y Cuba en el nuevo mundo”

Por: Dr. Arq. Daniel M. Taboada Espiniella

 En el cruce de dos antiguas calles reales, la de los Mercaderes y la de los Oficios, se encuentran entidades de alto interés cultural, como la Casa del Benemérito de las Américas Benito Juárez conocida por Casa de México, el pequeño parque Simón Bolívar, así llamado por el monumento que lo preside, la perfumería Habana 1791 y la excepcional casona de la Obra Pía o de Martín Calvo de la Puerta. Además, muy cercanas, se encuentran la Casa Oswaldo Guayasamín, la Armería 9 de abril, la Casa Simón Bolívar o Casa de Venezuela, la Casa de África, el Taller de Papel Artesanal, el Museo del Tabaco, la Maqueta de la Habana Vieja y el Cinematógrafo Lumiére.

 La Casona de la Obra Pía desde la época colonial se destaca por su interés histórico y arquitectónico, siendo objeto de distintas intervenciones constructivas desde los siglos XVII y XVIII hasta la contemporaneidad. Así han surgido distintas y polémicas opiniones referidas a sus etapas de fundación, crecimiento y ampliación final por la calle Obrapía. Constituye un exponente constructivo del más alto valor patrimonial dentro del área que definían las antiguas murallas de tierra, conocida como la Habana intramuros.

 Como construcción esquinera del mencionado cruce de calles actualmente se puede observar en todo su desarrollo, desde el espacio descubierto aprovechado para honrar la figura de Simón Bolívar. La fachada más antigua por Mercaderes es casi ignorada ante la extensión desmedida de la fachada por Obrapía, con la singular portada principal. La fachada de Mercaderes está resuelta en dos niveles de gruesos muros de mampostería aligerados por vanos adintelados que en planta alta tributan a un gran balcón corrido y esquinero. Una solución volumétricamente apaisada, muy usada en su época y rematada por una generosa cubierta de teja de barro apoyada en todo su límite en un tejaroz de tres hiladas de espléndidas tejas musleras. Este espléndido elemento, significativo de nuestra herencia de influencia árabe, de lo mejor y más característico de la más antigua arquitectura en Cuba, fue demolido en el siglo XXI por una insensible comerciante, para instalar canales pluviales industriales.

 De mi vulnerable memoria histórica recuerdo en su extremo derecho, justo pegado al muro medianero de la parcela, una estrecha puerta de una hoja con luceta de acceso a los altos, como se hizo habitual en la zona de comercios en planta baja y viviendas en planta alta desde principios del siglo XX cuando florecía el eclecticismo.

 A partir de la esquina se extiende la fabricación y el balcón corrido tributario de un salón importante en planta alta, después aparecen dos balcones individuales de muy discreto voladizo, con el mismo sistema constructivo sin jabalcones, la singular portada principal y otros cinco balcones individuales de similares características. Los vanos de fachada en planta alta conservan diferentes carpinterías características de sus épocas. Las del siglo XVII son de dos hojas paneladas a veces con postigos intermedios. Los atribuidos al siglo XVIII tienen carpinterías con cordoncillo tallado en el grueso del panel y de trazado barroquizante.

 A partir de la portada principal hasta el último vano correspondiente con el local de muro medianero de la parcela, los vanos tienen la curiosa solución de carpintería doble que se puso de moda en el siglo XIX, con el marco único o suplementado para dos hojas paneladas con postigos en el interior y dos hojas de tablillas fijas o móviles (persianería francesa) en el exterior con lucetas de cristales de colores embellotados en madera.

 La cubierta de techo de teja de barro se apoya en tejaroz hasta que termina el volumen esquinero y se convierte entonces en moldura de piedra enlucida característica del siglo XVIII.

 Hay otra portada antigua conservada por Obrapía resuelta en platabanda a manera de alquitrabe, apoyado en dos pilastras resaltadas con capitel, que pudiera haber sido acceso de oficinas en planta baja del propietario. Todos los vanos de planta baja en la década de los 70 y 80 fueron cerrados con carpintería de tabla a la española, aun sabiendo que las accesorias en algún momento tuvieron entrepisos, confirmados por la existencia de cenefas pintadas.

(Continuará el próximo jueves)

Acotaciones del autor:

• La teja muslera es fabricada sobre su muslo por el propio artesano. Es más antigua y más grande que la teja corriente industrial, muchas veces el artesano la marca y es una tradición que se conserva en los buenos tejares.
• Jabalcón es un madero oblicuo para sostener aleros o balcones, se mantiene el nombre para los de hierro.
• El autor recomienda a los interesados la lectura del  libro raro  MERCVRIO GEOGRÁFICO comprado en Madrid en 1699 por el Presbítero Nicolás Joaquín García de Azcárate, profesor de geografía que lo usaría como libro de texto. Editado en Roma en italiano, es curioso pensar cómo nos puede ayudar a conocer el contexto global conocido, en aquella remota época, de las Américas, el Caribe, Cuba y San Cristóbal de La Habana

Equipo de trabajo:

MsC. Marbelys Giraudy Gómez

Dr. Arq. Daniel Taboada Espiniella

MsC. Denny Cabrera Acosta

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