Por Ingrid Fernández
Michaela Schmidlechner llegó a La Habana desde la lejana Austria y durante días estuvo amontonando objetos que seguramente hubieran ido a parar a la basura si ella no los hubiera rescatado de esta desdichada suerte para ponerlos en manos infantiles. Y es que Michaela había soñado para los niños cubanos el taller “Creatividad con materiales reciclables”.
Cuando todo estuvo listo comenzaron a llegar los pequeños y a agolparse alrededor de una fila de cajones llenos hasta los bordes de todo tipo de cosas: pomos de agua desechados, pedazos de madera, retazos de tela, recortes de papel y cartulina, percheros rotos, juguetes viejos, cartones de huevo vacíos y rollos gastados de papel sanitario que nadie quería. Abriendo y cerrando el desfile de objetos usados estaban las herramientas del taller y las pinturas. Bien ordenados se veían los pequeños martillos, la goma de pegar, la cinta adhesiva, las tijeras y también los plumones, pinceles, crayolas y temperas.
Los niños paseaban la vista interesados por todos los objetos que Michaela les iba señalando y describiendo en un español que a veces se mezclaba con el alemán de su lengua natal y que a ratos sonaba a italiano. Atentos a la demostración de la maestra los pequeños aprendían las técnicas manuales para unir de forma creativa materiales dispares.
Comenzado el trabajo cada niño era un artista, escogía de los cajones lo que deseaba y según le dictara su imaginación recortaba, martillaba, pegaba y decoraba su obra. Algunos se reunían en grupos, otros trabajaban en solitario, pero todos al terminar el encuentro habían creado su propio juguete.
Cuando ya los niños ayudados por Michaela habían recogido todos los objetos desperdigados por el lugar y cada cosa estaba en su sitio, se reunieron para mostrar sus creaciones. Los pequeños, orgullosos, relataban cómo habían podido hacer carritos de madera con ruedas de tapa de pomo plástico, soldados con brazos de revolvedores o palacios encantados de cualquier cosa. Con el beso de despedida los niños se fueron a sus casas con la promesa de volver y con el corazón contento de haber creado de lo inservible un juego.
La artista austriaca Michaela Schmidlechner desarrolló con los niños del Centro Histórico el taller “Creatividad con materiales reciclables” en la Casa de la Poesía durante los días 8, 10 y 11 de abril de 2:00 p.m. a 4:00 p.m. en el marco del 18 Festival Internacional de Danza en Pasajes Urbanos. Habana Vieja Ciudad en Movimiento.
[Gallery not found]