Por Raquel Popa Sosa y Teresa de Jesús Torres Espinosa
Ediciones Boloña dijo adiós a la XXIX Feria Internacional del Libro de La Habana, con la presentación de La Habana intangible, un libro “muy vinculado a nuestro quehacer y a la figura del Dr. Eusebio Leal Spengler, quien por más de 50 años ha apostado por lo que el texto intenta reflejar. Salvar la piedra, lo edificado, el patrimonio que se puede palpar y también lo que está en el ambiente y no se puede apresar”, indicó el director de Boloña, Mario Cremata.
Comentó que Pierre Lebret y Eduardo Angarica se conocieron en La Habana; organizaron una exposición conjunta y, posteriormente, el texto se dio a conocer en la galería de la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena. En la obra se juntaron las fotos del primero y los textos del segundo.
El volumen deviene homenaje a La Habana en su 500 cumpleaños, dijo, y añadió que exhibe, en blanco y negro, el contraste entre imagen y texto. “Estos discursos paralelos van confluyendo, para intentar aproximarse a la dimensión intangible de la ciudad, de forma singular, distinta y respetuosa”.
No es la ciudad natal de ninguno de los dos autores, dijo el también joven periodista, pero ellos han querido apropiarse de su esencia y devolvérnosla de una manera bella, muy poética.
Mientras, Eduardo Angarica agradeció a Boloña la posibilidad de publicar este título, cuyo prólogo escribió el propio Historiador de la Ciudad. Explicó que el proyecto y el nombre surgieron como respuesta a las emociones experimentadas por Pierre, en La Habana. Para él lo que sucede en esta ciudad es algo intangible, que no puedes ver ni tocar; algo inmaterial efímero, pero que, al mismo tiempo, se queda dentro de las personas que llegan hasta la capital cubana.
Lebret comentó, por su parte, que visitó por casualidad La Habana, en 2017. Su idea inicial era permanecer seis días, que se extendieron hasta un mes. Con su cámara capturó más de dos mil fotografías, que después seleccionó para la muestra con Eduardo. Destacó la pasión por Cuba que hay en Chile, donde encontró fondos para financiar la exposición, en tanto para la publicación del libro recibieron apoyo de la Embajadora de Cuba ante la Unesco, Sra. Dulce Huergo, en Francia.