Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Hasta la Casa del Benemérito de las Américas y el Museo Casa de África ha llegado la obra plástica del maestro mexicano Jorge Roy Sobrino (Mérida, 1959), quien se siente en La Habana como en su propia casa.
La conocida Casa de México acoge Memoria visual de un performancero apasionado, obra realizada por él en Barcelona, hace diecisiete años, con fotografías del artista griego, Giorgos Mavridis. Esas imágenes Roy Sobrino las trasladó a un plano pictórico en su pintura.
Ahora, ese trabajo lo preparó en collage, en formato pequeño, para traerlo a Cuba, pues en el original resultaba imposible por el tamaño de las piezas, de hasta cuatro metros por tres metros. La obra está dividida en tres actos y trece escenas, y trata sobre el cuerpo y la liberación de este.
Piezas que a través del color transmiten emociones y sentimientos expone este creador, en la Casa de África. Kabbalah Afrocubana está conformada con pintura en tela -de caballete-; el autor trajo pintura en cartulina o papel y serigrafía; pintó a Ossaín, Oshila Domila, Oshún, a un rostro de niño afro-cubano…
El maestro Jorge Roy Sobrino impartirá en mayo próximo el taller El alma infantil de los niños cubanos, en la propia Casa de África, que reunirá a diez infantes con capacidades especiales. “Para mí un pequeño que tenga problemas auditivos, no lo tiene visual; para mí los seres tenemos capacidades, lo que sucede es que a veces nuestros niveles y conductas son diferentes, pero tengo la especialización para poder trabajar con estos niños tan especiales”.
Agradeció al Historiador de la Ciudad, Dr. Eusebio Leal Spengler, quien hizo posible que hoy él expusiera su obra en La Habana. A su vez, destacó la sensibilidad y pasión por el arte y la cultura cubana y mexicana del artífice de la obra de restauración en el Centro Histórico.