Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Bayamo tuvo su día de fiesta en la Feria del libro habanera, cuando en el espacio que ocupa Boloña se presentaron tres títulos, que, según el director de esta editorial, Mario Cremata, es la primera colaboración con la Oficina del Historiador de esa ciudad, gracias a un proyecto de Cooperación Internacional dirigido a hermanar iniciativas de las Oficinas del Historiador y del Conservador de Cuba.
En la galería de la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena, Cremata afirmó que Francisco Vicente Aguilera necesita reivindicarse para la historia de Cuba. Fue una figura muy modesta, dijo, no quiso nunca protagonismo; murió en la pobreza, en New York.
Ernesto Limia, apasionado investigador de la historia de Cuba, tuvo a su cargo la presentación de los tres volúmenes: Vanguardia literaria y política en Bayamo. 1840-1870, de Mario Cobas Sanz; Francisco Vicente Aguilera. Proyectos modernizadores en el Valle del Cauto, de Ludín Fonseca García, y Aguilera-Aldama. Papeles para entender un rompimiento, también de Fonseca García.
Según Limia, la más grande virtud de Vanguardia literaria y política en Bayamo…, “es que cuando lo lees, te sientes orgulloso de ser bayamés”. El autor ha realizado una lectura cultural de la historia, que es su lado más profundo. “Es la visión de que la Revolución de 1868 no tiene un contenido económico ni político, si no profundamente cultural. Se trata de una generación que quiere a una Cuba diferente, capaz de promover una Revolución social de hondo sentido cultural”.
Al comentar sobre Francisco Vicente Aguilera. Proyectos modernizadores…, Limia dio las gracias a Ludín -Historiador de Bayamo-, quien, con una mirada objetiva y balanceada, ha hecho mucho por hacer ver que la historia de esa ciudad es de alcance nacional.
En una nota a esta edición, Fonseca García, señala: “El Diario que presentamos da continuidad al completamiento de las fuentes en torno a esa personalidad. A través de sus páginas, se revelan sus denodados esfuerzos desde marzo de 1873 hasta noviembre de 1876 en el exilio, donde concretó cuatro expediciones que apoyarían a las huestes cubanas, pero no alcanzó el fin propuesto de arribar a la Isla”.
El tercero de los títulos presentados, Aguilera-Aldama. Papeles para entender un rompimiento, de Fonseca García, es un documento imprescindible para los estudiosos de la historia de Cuba; compila por primera vez la correspondencia Aguilera-Aldama. Aguilera es cuestionado por, presuntamente, utilizar en forma indebida el dinero aportado por los emigrados al movimiento emancipador, pero las acusaciones verbales e impresas que recibe Aldama generan aún más sospechas de traición a la causa cubana.
Los ataques recíprocos, que no escatiman ofensas y sarcasmos, hacen que sea esta una de las más apasionadas polémicas de la historia colonial entre dos independentistas americanos.