Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
El próximo viernes 24 de enero, a las 3:00 p.m., se inaugurará la exposición transitoria Memoria, del reconocido artista francés Alain Kleinmann, en el Museo Napoleónico, en homenaje al 58 cumpleaños de esa institución, una de las cinco más importantes del mundo y la única de su tipo en Cuba.
La muestra estará conformada por fotografías que destacan el imponente acento renacentista de la arquitectura de esa edificación, y el espíritu francés de su colección napoleónica, un estandarte de lo europeo en la capital cubana.
La instalación, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, es depositaria de una de las más completas colecciones de Napoleón Bonaparte; fue residencia de uno de los mayores admiradores del emperador francés.
La casa se construyó entre 1926 y 1927, por encargo del acaudalado político italo-cubano Orestes Ferrara, quien le encargó a la famosa firma de arquitectos cubanos Govantes y Cabarrocas la creación de su vivienda como un palacio renacentista florentino del XVI.
La vivienda, de cuatro pisos, es conocida como La Dolce Dimora (La Dulce Mansión); conjuga la sobriedad del renacentismo con una cierta imagen de fortaleza medieval, por lo que es un claro ejemplo del eclecticismo habanero de la Cuba republicana.
El Museo Napoleónico, fundado el 1ero de diciembre de 1961, contó en sus inicios con la colección del hacendado multimillonario cubano Julio Lobo Olavarría, a la que se añadieron obras donadas y otras compradas por la institución habanera.
La colección de este recinto es de unas 8 mil piezas, entre pinturas, grabados, esculturas, muebles de estilo, trajes, equipo militar y armamento, artes decorativas, objetos históricos y una extraordinaria compilación de libros raros y valiosos en los idiomas francés, inglés y español.