Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Santo Domingo de Atarés, una antigua fortaleza militar que se integró al segundo sistema defensivo de La Habana, durante la etapa de la colonia, ha recobrado su esplendor. El fuerte, que se encontraba muy abandonado luego de sus numerosos usos, abrió este jueves sus puertas como un Museo de sitio, que estrena su original rostro con una exposición permanente dedicada al genio del Renacimiento italiano, Leonardo Da Vinci.
En su inauguración, a propósito del 500 cumpleaños de la capital cubana, el Historiador de la Ciudad, Dr. Eusebio leal Spengler, afirmó que “la ciudad no es solo una aglomeración de casas o un cementerio donde descansan generaciones (…) Es una ciudad en la que se ha combatido, conspirado, que ha trabajado; una ciudad sin la cual no se puede escribir la historia del mundo contemporáneo”.
Indicó que Atarés hoy renace, junto a las colecciones de máquinas y modelos concebidos por el genial artista italiano, exposición que fue posible gracias a “un noble italiano, el príncipe Vecchia, que, de paso por La Habana, expresó: “Yo quisiera regalar la colección de todos los modelos a escala de la obra de Leonardo Da Vinci, para que los jóvenes habaneros puedan tener un museo donde vean la historia de la ingeniería constructiva; el artilugio del vuelo, los aparatos para transportar agua, las armas de artillería, las escalinatas de asedio..”.
Tras señalar que este era “un día feliz para todos”, el Dr. Leal agradeció a los que intervinieron en devolverle el esplendor a Santo Domingo de Atarés; al equipo de trabajo de la Empresa Restaura; a la fallecida Ing. Teresita M. Sosa Vázquez, Jefa del Departamento Inversionista San Isidro; a los arqueólogos; a los alumnos de la Escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos, “que han convertido en maravilla cosas que hoy no podríamos imaginar”; a los obreros de la Empresa Puerto Carena, a los cooperativistas, y a los ingenieros, a quienes les dije: “Hagan funcionar el puente del siglo XVIII”.
También trasmitió una especial gratitud al gobierno de Italia, “siempre generoso y bueno”; a la Organización Internacional Ítalo-latinoamericana (IILA), por su admirable contribución de años en la reparación de laboratorios; a todas las Organizaciones No Gubernamentales e instituciones de ciudades de ese país que han aportado a los proyectos, en el entorno colonial de la capital cubana.
“Cuando el 7 de diciembre de 1896 cayeron en los campos de Cuba, los héroes de una Isla que se creía tan romántica, Antonio Maceo y Francisco Gómez Toro, el parlamento italiano se puso en pie para guardar un minuto de silencio. Y no olvidemos nunca que el primer monumento de recordación que está en el Cacahual es un obsequio del pueblo italiano al cubano”, aseveró el intelectual al referirse a la amistad entre ambas naciones.
A su vez, el Excmo. Sr. Andrea Ferrari, embajador de Italia en Cuba, reconoció el dedicado trabajo de quienes laboraron en el rescate de la fortaleza, y señaló que la apertura de este museo, con la muestra permanente dedicada al genio de Da Vinci, representa una contribución a los festejos por el medio milenio de La Habana y coincide con el quinto centenario de la muerte de Leonardo.
Destacó que la presencia del alcalde de la ciudad italiana de Vinci, en La Habana, Sr. Giuseppe Torchia, “abre el camino a futuras colaboraciones entre los dos museos leonardeanos. Otra fiesta se inserta en el trabajo conjunto de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) con Italia, que en los últimos años ha apoyado numerosas iniciativas en el campo de la restauración y la valorización del patrimonio cultural de la capital cubana”.
Por su parte, el Sr. Torchia dio las gracias a la OHCH, en particular a su Historiador, el Dr. Leal Spengler, por escoger el Museo de Atarés para la exposición permanente El genio de Leonardo da Vinci y donó a La Habana, una piedra del centro histórico y la enseña de su ciudad, que estarán emplazadas en el Museo de Atarés.
El Museo de Atarés abre con la muestra permanente El genio de Leonardo da Vinci, exhibida con anterioridad en el Salón Blanco de la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, fruto de la colaboración entre la Fundación italiana Anthropos y la OHCH, con el apoyo de otras instituciones.
En 1763, cuando España recuperó la plaza La Habana, tras la ocupación de esta por los ingleses, el rey Carlos III determinó ejecutar el segundo Sistema defensivo de la importante urbe caribeña (1763-1895), al cual se integró Santo Domingo de Atarés.
En 2013 el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias entregó la fortaleza a la OHCH, y, gracias a la investigación histórica y arqueológica, y el entregado quehacer de quienes la intervinieron, se ha rescatado su morfología original.
Situada a 29 metros sobre el nivel del mar, la antigua edificación deviene mirador natural, desde donde puede apreciarse una vista única de la bahía habanera y de la ciudad, en general.
Como parte de las celebraciones por el medio milenio de la fundación de La Habana, este jueves también se inauguraron los Talleres de formación para la restauración y el diseño, y el de Encuadernación artesanal y artística, resultado de un proyecto de cooperación entre la IILA y la OHCH.
Asimismo, en el otrora Palacio del Segundo Cabo, hoy Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba- Europa, sesionó el Coloquio De la Primada a la Real y Maravillosa: la identidad de las villas tras cinco siglos de historia, mientras en la Casa Víctor Hugo se desarrolla el encuentro internacional Víctor Hugo, Visionario de la paz.