Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
“La historia del ferrocarril en América y el mundo tiene en nuestro país un importante baluarte, desde lo que significó en la fundación de pueblos, en la creación de empleos, en las comunicaciones y en las personas”, aseveró el Dr. Michael González Sánchez, director de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH).
En la reapertura del Museo del Ferrocarril de Cuba, que tiene su sede en la antigua estación Cristina, en la capital cubana, González Sánchez destacó el dedicado quehacer de la OHCH en el rescate de antiguas locomotoras centenarias de vapor, que estaban en desuso en bateyes y centrales azucareros.
Desde el punto de vista de la museología, museografía y diseño, el recinto dispone de tecnología moderna y tendrá carácter interactivo, lo cual favorecerá el conocimiento de la historia por parte de los visitantes.
Entre las locomotoras que muestra el museo están La Junta, fabricada por el norteamericano Thomas Rogers, la más antigua atesorada en Cuba y reconocida como una de las diez más añejas de las construidas en Estados Unidos que se conservan en la actualidad; la Manning, única inglesa que se conserva en el país, rescatada a partir de una investigación de arqueología industrial ferroviaria, y la máquina de vapor 1112.
Tras indicar que la antigua estación, de mediados del siglo XIX, cumple con la máxima del Dr. Leal de mezclar “lo útil con lo bello”, evocó a personas y organizaciones que intervinieron en la restauración del Museo, como la Ing. Teresita M. Sosa Vázquez, Jefa del Departamento Inversionista San Isidro, de la OHCH; las empresas Puerto Carena y Cabildo y la cooperativa que también trabajó, entre otras instituciones.
El Museo cuenta con una sala científico-técnica para consulta y lectura, un área destinada al ferro-modelismo; un espacio representativo del centro de operaciones de un jefe de estación de principios del siglo XX, y una sala polivalente dedicada a diversas acciones culturales.
Como parte de los homenajes por los 500 años de La Habana, este lunes también se inauguró la parcela 309 del Museo de Automóvil, que ya exhibe algunos coches restaurados minuciosamente, entre ellos, los Oldsmobiles de 1960 y 1959, pertenecientes a la heroína Celia Sánchez Manduley y el combatiente Camilo Cienfuegos, respectivamente, de indiscutibles valores patrimonial e histórico.
Además, reabrió sus puertas la Sala de los Bomberos, con sede en la antigua ferretería Isasi, donde se produjo un incendio de grandes proporciones el 17 de mayo de 1890, en el cual perdieron la vida bomberos del municipio, del Comercio y otras personas, que se sumaron a las labores de extinción y rescate. Con un nuevo diseño, el pequeño recinto exhibe pertenencias de los bomberos, postales y el mural del artista Juan Carlos Pérez Botello alegórico al siniestro, entre otras piezas.
El medio milenio de la fundación de la otrora villa de San Cristóbal de La Habana motivó, igualmente, la rehabilitación de la sede de la Antigua Cámara de Representantes, ubicada en la calle Oficios, entre Churruca y Muralla, cerrada al público desde diciembre de 2017.
Monumento Nacional, fue uno de los tres grandes edificios de uso público de la primera década republicana en Cuba; sede de la Cámara de Representantes hasta 1929; después, Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes; y Ministerio de Educación. Finalmente, allí radicó el Poder Municipal de La Habana Vieja, y a partir de ahora asumirá una función gubernamental, de museo y espacio cultural.
Este lunes volvió a abrir el Salón Blanco del Claustro Sur del Convento de San Francisco de Asís, destinado a exposiciones transitorias de diversos encuentros. En tanto, el Museo de la Ciudad –antiguo Palacio de los Capitanes Generales– inauguró una sala polivalente para la proyección de audiovisuales, y en su apertura se trasmitió un documental sobre la historia del inmueble y sus diferentes usos en la historia.