Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
El Capitolio Nacional encenderá nuevamente su linterna el próximo 10 de octubre, según anunció el Dr. Eusebio Leal Spengler en la conferencia magistral “Crónica por el medio milenio de la fundación de la otrora villa de San Cristóbal de La Habana”, con la que se inició el ciclo de conversatorios por el aniversario 500 de la ciudad, organizado por el Centro Loyola.
El Historiador de la Ciudad de La Habana ofreció detalles de la rehabilitación en el interior y exterior del edificio, Monumento Nacional, que deviene una de las obras fundamentales de la arquitectura cubana y la más importante de la década de 1920.
Mencionó, además, la restauración del antiguo Convento de Santa Clara, que reabrirá sus puertas como una ampliación académica del Colegio San Gerónimo y de la escuela taller de La Habana.
Previamente, el intelectual afirmó ante el auditorio que “la obra de restauración tiene un mérito, que hay un equilibrio en ella entre lo social y lo puramente institucional que es la protección del patrimonio”.
Indicó que “lo importante es que la ciudad está, pero venida a menos, cubierta por un halo de decadencia, y cuando se rasga en algún punto inmediatamente recupera la vida. Pero entre ese acto casi de magia y que se produzca la resurrección, hay que estar crucificado mucho tiempo, y esa es la verdad. Todos los días la noticia de un derrumbe donde hay personas que quedan sin techo, el temor del ciclón en caso de tocar de frente a La Habana, cuando penetra al mar…”.
Asimismo, en su disertación magistral, Leal Spengler se refirió a las inexactitudes en torno a la fecha de surgimiento de la otrora villa de San Cristóbal. Mil quinientos diecinueve, dijo, es un año interesantísimo porque muere Leonardo Da Vinci, creador de tantas maravillas, y es el año del encuentro, en México, de Hernán Cortés y el emperador Moctezuma. El mundo americano tal y como lo conocieron comienza a transformarse en otro. En 1514, con certeza absoluta, se establece un campamento fundacional quizás cerca de Batabanó o, como conservan en Melena del Sur la convicción de familia en familia, que fue allí en la desembocadura del río donde se fundó lo que se llamó San Cristóbal. (…)
“Pero hay tres fuentes, continuó: la fuente documental, que desapareció quizás por el fuego que dio a La Habana el pirata Jacques de Sores, aunque no coincida en la fecha; segundo, por alguna que otra hecatombe de las tantas que en ese periodo ocurrieron; pero lo cierto es que una voz popular –que es también fuente– revela y dice que fue en el año 1519 y así lo ordena colocar el gobernador Cajigal en la columna conmemorativa, presidida por la Virgen del Pilar, patrona de la América española. Y en esa página dice ‘detenga el paso, caminante, adorna este sitio un árbol’ y bajo la sombra de ese árbol (una ceiba) se dice que se celebró cabildo, se eligió alcalde y se celebró el sacrificio de la misa. Y así se unieron San Cristóbal y La Habana para formar una sola cosa: San Cristóbal de La Habana”.