Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
El Historiador de la Ciudad, Dr. Eusebio Leal Spengler, comentó sobre los “vínculos históricos entre Cuba y Puerto Rico”, en la Casa del Alba, en La Habana, donde se encontraba una delegación de esa nación a propósito de las celebraciones en la Isla de la Jornada de Solidaridad con ese país, que se extenderán hasta el próximo 23 de septiembre, cuando se conmemora el Grito de Lares.
El intelectual se refirió a la búsqueda emprendida en los archivos de la Oficina del Historiador sobre los antecedentes del encuentro entre el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring (su predecesor) y Pedro Albizu Campos, político y líder independentista puertorriqueño.
“Ese encuentro, dijo, está precedido por una carta de Don Federico Enrique Carvajal, amigo de Martí, donde le dice (a Roig) que reciba a Don Pedro, a ese joven intelectual que va por el camino de (Eugenio María de) Hostos y de (Juan Pablo) Duarte, y lógicamente de (Ramón Emeterio) Betances”.
Rememoró que sería un suceso la llegada a Cuba del “joven y lleno de bríos”, Pedro Albizu Campos, y su invitación por el Grupo Minorista, al cual pertenecía Roig de Leuchsenring y otros prestigiosos intelectuales cubanos como Rubén Martínez Villena.
Más adelanto, explicó que “conservamos en el archivo los manuscritos de Albizu Campos sobre la conferencia que debió pronunciar en el Grupo Minorista, y las bases sobre las que se fundaba el Partido por la independencia de Puerto Rico. Allí está, con las pulsaciones del maestro, aquel memorable encuentro”.
Luego de esa visita a Cuba nace la Junta de solidaridad con Puerto Rico. La semilla de la independencia compartida vuelve a activarse entre los núcleos de intelectuales y activistas de ambos países.
Evocó su viaje a Puerto Rico y su visita a la tumba donde descansa Don Pedro Albizu Campos, y allí se refirió a sus relaciones con Cuba y a su vida, “colmada de los sufrimientos que padeció con un estoicismo ejemplar, y que concluyó en el seno de la Patria”.
“(…) En el desastre que supuso la intervención norteamericana, en medio de la ingenuidad de unos y de la derrota de otros, se impuso finalmente la voluntad anexionista de los yanquis, y Puerto Rico fue una especia de objeto-trofeo de guerra; ocupada a pesar de estar en ese momento en un estado autonómico, la misma migaja que intentaron imponer a Cuba, en el último momento de la guerra, las autoridades coloniales”.
Desde antes, Cuba había roto una promesa que se construyó para ser irrenunciable: en los fundamentos del Partido Revolucionario Cubano eran prioridades y fines la independencia conjunta de Cuba y Puerto Rico. Tras la muerte de Martí, el Partido y la junta cubana de Nueva York, presidida por Tomás Estrada Palma, habían abandonado la causa de Puerto Rico.
El Dr. Leal señaló que “Pedro Albizu Campos, hombre sensible en extremo, sabía levantarse del estado depresivo que le producía la circunstancia del país y del exilio del pueblo boricua en los Estados Unidos de América y en cualquier latitud de la Tierra”.
Indicó que ahora, “cuando se ha colocado y restaurado el símbolo fundamental en el Capitolio Nacional, sede institucional de nuestra Asamblea, y se han llevado allí los restos de un mambí desconocido, junto a la bandera cubana y la de Carlos Manuel de Céspedes está la de Puerto Rico: la República que no llegó a ser. Es un símbolo de una continuidad. Un intenso sentimiento pro Puerto Rico, que hechos posteriores a la vida de Pedro Albizu motivaron en nuevos actos de solidaridad”.
Subrayó la solidaridad del Dr. Roig, su predecesor, con la causa de los pueblos latinoamericanos, de manera especial con Puerto Rico. “Tres veces fundó organizaciones para la defensa de los presos políticos puertorriqueños y para llamar la atención sobre una causa que no podía estar desprovista de la solidaridad”.
Recordó que el año del primer homenaje a Don Pedro, en la Oficina del Historiador, fue en 1969, cuando visitó Cuba Laura Meneses, viuda del independentista puertorriqueño. “En estas jornadas celebramos el cumpleaños de Don Pedro, sobre todo los que creemos que la muerte no es más que un estadío circunstancial y que hay otro estado a esos que, a través de su obra, mantienen una comunicación perpetua con nosotros. Hemos sido como videntes de una causa, no concluida todavía, y por la cual hemos luchado, corriendo todo tipo de riesgos”.
Mencionó a Sotero Figueroa y al Mayor General del Ejército Libertador Juan Rius Rivera, que lucharon por la independencia de Cuba. “Ellos, junto a otros muchos puertorriqueños sobre los cuales habría que investigar, se unieron con fervor en la esperanza de que Cuba extendería una mano armada al deseo puertorriqueño de libertad”.
La presente Jornada de Solidaridad con Puerto Rico se dedica al centenario del natalicio de Lolita Lebrón, fallecida dirigente independentista, y a las cuatro décadas de la excarcelación de los líderes nacionalistas que asaltaron el Congreso de Estados Unidos, a mediados del pasado siglo.