Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Cada 23 de agosto, desde 1969, intelectuales, museólogos y colaboradores de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) se reúnen para recordar el natalicio del Dr. Emilio Roig de Leuchsenring.
En el Palacio de Lombillo, en la Plaza de la Catedral, Roig (1889 – 1964) desempeñó buena parte de su trabajo con su pequeño equipo de colaboradores; fue un espacio también para proyectar un programa de desarrollo cultural muy revolucionador y avanzado en su época.
El intelectual legó todo el sistema de publicaciones que hoy tiene la OHCH: la revista Opus Habana, Ediciones Boloña…, y auspició muchos espacios dedicados a la promoción cultural, especialmente un sistema de comunicaciones, de revistas que contaron con su activa colaboración, con esa diversidad de seudónimos que asumió para poder cursar la información y las grandes contiendas libradas por él, sobre todo las públicas.
Aunque no militó en partido alguno, el primer Historiador de La Habana devino revolucionario esencial y se mantuvo siempre en el grupo de vanguardia de la sociedad, comprometido con las causas justas y democráticas.
Graduado en Derecho Civil y Notarial, y fiel a la historia, el patrimonio y a su ciudad, protagonizó numerosas campañas en medios de prensa a favor de la preservación y la rehabilitación del patrimonio autóctono, entre ellas, la defensa del antiguo hospital de Paula y su iglesia.
En esa ocasión, su encendida polémica logró detener el vandalismo y, al menos, salvar al templo de la demolición exigida por la Compañía de Ferrocarriles Unidos –a cargo de ambas edificaciones–, para que el Ministerio de Obras Públicas de entonces ensanchara la Avenida del Puerto.
El también etnólogo, periodista y patriota cubano unificó a los intelectuales de diversas tendencias en pro del rescate de la historia, los valores nacionales, y en contra del colonialismo. Dictó conferencias en eventos en Cuba y otros países, trabajó con empeño por la paz y la igualdad social en la Isla, así como publicó centenares de artículos en las revistas Carteles, Gráficos y Social.
Hombre de izquierda, absolutamente laico y opuesto totalmente a la irrupción de la cuestión religiosa en la educación pública; luchó por un culto y respeto al magisterio cubano.
Hoy, el Dr. Eusebio Leal Spengler ha preservado el legado de su “predecesor de feliz memoria”, como él mismo lo ha calificado. “…Nosotros, ha expresado el actual Historiador de la Ciudad, en última instancia lo que hemos hecho es seguir por sus huellas, tomando las hojas arrancadas del libro de la historia, tratando de aprender de ellas cómo situarnos en nuestro tiempo y en nuestro espacio…”.