Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
El Andar con los andantes, dedicado al Patrimonio musical habanero, inició este verano la 19 edición de Rutas y Andares para descubrir en familia, un proyecto sociocultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHCH) que ofrece múltiples opciones en el año en que La Habana llega a su quinto centenario.
Miriam Escudero, directora del Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas, explicó que desde la perspectiva de su institución se trata de mezclar la música con las raíces y los sitios fundacionales de la antigua urbe.
El recorrido partió de El Templete, primer edificio neoclásico de La Habana, que exhibe los óleos de Jean Baptiste Vermay (1786-1833) de La Primera Misa y El Primer Cabildo, ambos de 1826, obras que constituyeron la primera interpretación de lo que historiadores consideran la fundación de La Habana, el 16 de noviembre de 1519.
Seguramente todos han visitado este sitio y admirado los cuadros de Vermay, pero –se preguntó la especialista–, ¿este cura, que ofició la primera misa, lo habrá hecho con música?, ¿habrá tenido música aquella inauguración del pequeño inmueble?
Luego, la comitiva se detuvo en la Calle de Madera, frente al otrora Palacio de los Capitanes Generales –hoy Museo de la Ciudad–, y Escudero recordó la matriz africana de, por ejemplo, una fiesta como el Día de Reyes, cuando sus participantes pedían el aguinaldo ante la puerta del Capitán General, y todo ello estaba acompañado de música. A continuación llegó hasta la Catedral y en su interior los espectadores conocieron sobre los orígenes hispánicos de la cultura cubana.
También el grupo de andantes hizo un alto en el antiguo Liceo Artístico y Literario de La Habana (1844), “donde la elite de la sociedad habanera escuchaba la música de la época y que no era precisamente esa dicotomía entre música culta y popular que tenemos ahora porque las contradanzas, que eran las irresistibles, se bailaban precisamente allí”.
El primer andar de este verano 2019, consagrado al Patrimonio musical habanero, concluyó en el Café Literario, situado en la calle Mercaderes y Obispo, donde se cantaban las habaneras, y el pianista Cecilio Tieles comentó acerca de ese género, que identifica a la ciudad capital. Y, como se hacía en los antiguos Cafés literarios, el público participante degustó un café y algunas golosinas.