Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
El Historiador de la Ciudad de La Habana, Dr. Eusebio Leal Spengler, recibió la bandera de la República Federal de Alemania, como resultado de un anhelo cumplido, luego de tres años de gestiones, en ceremonia oficial efectuada en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales, hoy Museo de la Ciudad, situado frente a la Plaza de Armas, en el corazón del Centro Histórico.
Al intervenir en el acto, el Excmo. Sr. Thomas Karl Neisinger, embajador de esa nación en la Isla caribeña, señaló que José Martí y Máximo Gómez tuvieron la ayuda de un alemán para desembarcar en Cuba y luchar por su causa independista.
“Ambos cubanos expresaron en más de una ocasión su agradecimiento a este hombre. Es cierto –dijo– que los alemanes a causa de los momentos oscuros de nuestra historia, hemos desarrollado una relación ambigua con eso que suelen llamarse símbolos patrios”.
Más adelante, el diplomático –que termina en 2019 su tiempo como embajador– reconoció el valor concedido por los cubanos a sus atributos, como parte de un discurso de identidad bien arraigado en nuestros genes. En nombre del pueblo alemán, expresó que sienten “legítimo orgullo de poner en manos cubanas nuestra bandera nacional porque, en este caso, simboliza lo mejor de nosotros”.
Asimismo, el Sr. Neisinger leyó una carta del Presidente Federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, dirigida al Dr. Leal, en la cual se alude al quinto centenario del nacimiento de La Habana, que se festejará en noviembre próximo, en coincidencia este año con el aniversario 250 del natalicio del naturalista alemán Alejandro de Humboldt Humbolt, el 14 de septiembre.
A su vez, el Historiador de La Habana evocó la historia entre ambas naciones desde casi cinco siglos. “Hubo un tiempo ya lejano, en que Alemania y Cuba formaron parte de un mismo imperio. Con la ascensión al trono español del emperador Carlos, todas las naciones de lo que entonces se consideraba un reino en el que no se ponía la luz del sol, se unieron bajo un mismo cetro”, indicó, y posteriormente añadió que desde entonces las relaciones existieron en el orden cultural, geográfico, cartográfico y en la visita de numerosos viajeros.
También, al igual que el presidente Frank-Walter Steinmeier lo hizo en su carta, el intelectual habanero destacó la presencia de Humboldt en la capital cubana en dos ocasiones, y valoró su estancia como “extraordinaria para Cuba”.