Cierra 9na edición de Diplomado Medios para Comunicar el Patrimonio

Por Teresa de Jesús Torres Espinosa

Tras más de veinte sesiones académicas, llegó a su fin el 9no Diplomado Medios para Comunicar el Patrimonio, que  tuvo su acto de clausura en el Aula Magna del Colegio Universitario de San Gerónimo de La Habana, en el Centro Histórico de la ciudad.

“Propongo que el año próximo, a una década de haber iniciado el primer diplomado, se convoque a los egresados a un encuentro en La Habana para trazar estrategias y compromisos encaminadas a la salvaguarda del patrimonio. Ya somos suficientes, es el tiempo de la cosecha”, sugirió para la venidera edición del curso la Sra. María Eugenia del Río, Maruja, de la ciudad mexicana de Campeche.

En tanto, la periodista Darletis Leyva González, de las Tunas, destacó la importancia del Diplomado “que tanto prestigio tiene en Cuba y nos permite entender la riqueza de la nación. Cuando pasan aventuras como estas, donde venimos por un crecimiento profesional y nos descubrimos con un crecimiento espiritual. Hay mucho por hacer con nuestro patrimonio, porque es nuestro mejor respeto al pasado, nuestro compromiso de presente y nuestro legado”.

La Excma. Sra. Katherine Muller, directora de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la Unesco, se refirió al significado de los comunicadores para transmitir el valor excepcional y universal de los territorios cubanos y del mundo. “Para la Unesco, dijo, la función del comunicador es demasiado especial porque en realidad son educadores. Tienen esta gran responsabilidad en la sociedad, de dar una información correcta y generar procesos donde tengan diversidad de información y tomar decisiones propias. Son vitales en los procesos de transformación social”.

En el acto participó el Sr. Juan Carlos Vázquez Velasco, director de KCD ONG, institución que apoya al Diplomado mediante el proyecto de cooperación “Jóvenes construyendo desarrollo equitativo y sostenible desde la cultura en La Habana Vieja”, desarrollado de conjunto con la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y el financiamiento de la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo.

 

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