Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
El Dr. Eusebio Leal Spengler reafirmó el carácter trascendente del concepto de escuela taller, como se ejerce hoy, que nació en La Habana, en 1992 –Gaspar Melchor de Jovellanos–, mediante el apoyo de la Agencia Española de Colaboración para el Desarrollo (AECID).
Lo anterior trascendió de un encuentro del Historiador de la Ciudad, efectuado en el Centro Histórico de la capital, con directores de las Escuelas taller de la restauración de La Habana, Camagüey, Trinidad y Cienfuegos, así como representantes de las oficinas en formación de Matanzas, Sancti Spíritus, Remedios, Bayamo, Baracoa y Viñales.
El también presidente de la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba sostuvo que “la primera sede del centro fue la entonces destruida Basílica de San Francisco de Asís, que se había convertido en un almacén y un depósito. Luego, maestros y alumnos construyeron su propia casa, donde hoy permanece el convento de Santa Brígida”, evocó el Dr. Leal, quien, a su vez, destacó que “se observaba religiosamente el principio de que una parte del día en el aula y la otra parte en una obra de construcción, que es como tiene que ser”.
Ante la presencia de Sandra Domínguez, secretaria ejecutiva de la Red de Escuelas Taller de América Latina y el Caribe, el intelectual señaló que la experiencia de la escuela taller habanera es una realidad en otras ciudades “partiendo siempre de la base de que debe ser a la medida del lugar en que se establece y de acuerdo con los requerimientos del territorio, porque no es lo mismo la Escuela taller en La Habana que trabaja la piedra, que en Camagüey, donde el ladrillo es el elemento fundamental”.
Manifestó su gratitud a ese tipo de centro escolar como institución creativa, y exhortó a los representantes de las Oficinas del Historiador y del Conservador “a hacer escuelas taller pequeñas donde se pueda mantener esa relación del maestro y los discípulos, y se reconcilie la mano con la cabeza, porque la mano ejecuta lo que el corazón manda”.
Los asistentes al encuentro visitaron, asimismo, obras de restauración, como el Capitolio de La Habana y el Castillo de Atarés, donde ha resultado fundamental la participación de alumnos de la Escuela Taller “Gaspar Melchor de Jovellanos”.