Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Ya se encuentra inscripta, de manera oficial, en el Registro Regional del Programa Memoria del Mundo de la Unesco la Serie documental Actas del Ayuntamiento de La Habana, período colonial, 1550 – 1898.
El Dr. Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana, quien recibió el certifico de manos de la Sra. Katherine Muller Marin, directora de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la Unesco, explicó que “cuando se publicaron los primeros tomos de las Actas, trasuntadas por mi predecesor de feliz memoria, el Dr. Emilio Roig, maestro mío resultó que recorrían estas un largo período de incertidumbre. Habían sido guardadas en las húmedas bóvedas del Castillo de La Fuerza en el período en que el Ayuntamiento de La Habana, en la década de los años 20 del siglo pasado, no entendió quizás la trascendencia e importancia de aquellos papeles, codiciados –eso sí– por los grandes investigadores e historiadores que sabían, como nosotros, que no se puede escribir la historia de Cuba, ni tampoco la de las Antillas y, en gran medida, la del continente americano, sin esta colección crucial”.
“En ellas, dijo, con un lenguaje que pasado un tiempo llega a nuestros oídos con el acento de los distintos escribanos y notarios, nos llega la noticia de la guerra y la paz en Europa, del acecho de la ciudad por los corsarios y piratas de distintas banderas, de la llegada afortunada de un médico o del refugio obtenido por la flota o por una nave en fuga, que llega finalmente a trasponer el puerto de La Habana, luego de surcar el laberinto que en las actas y en las masas, aparece representado con la llave que se mueve entre los tres castillos que la defendieron originalmente”.
Más adelante, sostuvo el intelectual que “las actas salvadas desde 1550 nos dejan, sin embargo, una incógnita, la de que siendo nosotros como sociedad hispanoamericana, heredera de una tradición notarial y documental tan importante, se hayan escapado de nuestras manos los primeros años que van desde el Cabildo que se establece en el campamento fortuito en un punto de la costa sur, hasta el acta que debió hacerse sin lugar a dudas, cuando, una vez asentado en la costa norte, se tomara noticia fiel de los acontecimientos”.
Posteriormente afirmó que “acatamos la importancia de este acto; es realmente trascendental. Haberse salvado las Actas por la determinación del Historiador (Emilio Roig); haber ordenado construir unos archivos que conservamos, que son como jaulas, donde no podrían ser en forma alguna purgados ni robados, nos ha permitido encontrar entre los documentos los escudos de La Habana en sus primeras versiones; nos permite hallar las cédulas más importantes y mandatos de los reyes, ya hacia el cabildo reconociéndole escudo y derechos, ya hacia la ciudad marcando su jurisdicción con relación a la gobernación general de la isla de Cuba. Es importante sorprenderse cuando llegan, por ejemplo, los patricios de Buenos Aires, trayendo la noticia de la gloriosa defensa de la ciudad en 1808 ante el bombardeo británico; y otros documentos realmente sorprendentes e importantes, como aquellos, que en fascículo independiente, fueron restaurados en la Biblioteca británica y que contienen el periodo de la dominación británica a la ciudad de La Habana, y la capitulación de la ciudad en 1762”.
Tras destacar la necesidad de unir esfuerzos para preservar a las presentes y futuras generaciones el patrimonio que les pertenece, el Dr. Leal agradeció a la Unesco por su labor en la identificación de los pueblos y naciones, y por compartir “el sueño de un mundo mejor”. Llamó a “defender rabiosamente la institucionalidad; a defender, desde una posición culta, cuanto debimos avanzar para llegar a este punto, que no ha sido cosa fácil. Hay que acumular prestigio; hay que acumular obras, voluntades; hay que vencer dificultades azarosas”.
En su intervención, la Dra. Nuria Gregori Torada, presidenta del Comité Nacional del Programa Memoria del Mundo de la Unesco, indicó que “gracias a estos documentos se puede sopesar el papel desempañado por La Habana en la conformación de las relaciones comerciales, económicas y culturales que se establecieron entre los países de América del Norte, del Sur, Central y del Caribe; evaluar las consecuencias que tuvo para La Habana su designación como primer puerto escala del comercio de Indias, un hecho que la consagró como punto de comunicación por excelencia entre América y Europa, sin excluir a África, a través de las Islas Canarias.
“Esta pluralidad temática, añadió, unida a su completamiento casi ininterrumpido por el extenso periodo de cuatro siglos, hacen de esta serie documental una fuente única e irremplazable para la realización de estudios multidisciplinarios sobre Cuba, América y el mundo. La doble condición de La Habana como capital insular y baluarte estratégico de los intereses hispanos en América, la llevarían a figurar en el epicentro de los grandes procesos históricos que se desarrollaban a nivel nacional, regional e internacional”.
En la ceremonia de inscripción de las Actas del Ayuntamiento de La Habana (1550 – 1898), en el Registro Regional del Programa Memoria del Mundo de la Unesco, efectuada en el Palacio del Marqués de Arcos, participaron también Anayancy Rodríguez Camejo, viceministra del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba; Oscar León González, presidente de la Comisión Nacional Cubana de la Unesco; Sr. Guilherme Canela, Secretario ejecutivo del Comité para América Latina y el Caribe del Programa Memoria del Mundo de la Unesco; Dra. Grisel Terrón, directora de Patrimonio Documental de la OHCH, y colaboradores de esta institución patrimonial.