Recuerdan a las víctimas del incendio de la ferretería Isassi

Por Teresa de Jesús Torres Espinosa

Michael González Sánchez, director de Patrimonio de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), evocó el aniversario 129 del trágico incendio del almacén de la ferretería Isassi, en el acto tradicional organizado por la Oficina del Historiador de la Ciudad y el Cuerpo de Bomberos del Ministerio del Interior.

Cerca de las 10 y 30 de la noche del sábado 17 de mayo de 1890 las llamas envolvieron al antiguo establecimiento. El aviso de un sereno del barrio que se encontraba de guardia, el repicar de las campanas de iglesias cercanas y los gritos de auxilio de pobladores, pusieron en rápido movimiento a los bomberos municipales y a los del Comercio, policías, marineros, vecinos y curiosos que acudieron para brindar su solidaridad.

Una imagen dantesca se apoderó de ese centro comercial: puertas y ventanas saltaron por los aires, se derrumbaron sus gruesos muros y techos que interrumpieron el paso por las calles Mercaderes y Lamparilla, en el entorno más antiguo de la capital cubana.

En ese trágico incendio montones de escombros sepultaron a un puñado de valientes, quienes trataron de entrar al edificio para facilitar que las mangueras bañaran el local. Hasta la tarde del domingo se extendió el siniestro, en tanto los bomberos realizaron esfuerzos asombrosos para rescatar a heridos y cadáveres. Fallecieron 39 personas, cuyos restos fueron velados en las galerías del antiguo Palacio de los Capitanes Generales, hoy Museo de la Ciudad.

Al final del acto de este 17 de mayo, los participantes recorrieron la Sala de Bomberos, situada en Mercaderes esquina a Lamparilla, que en su fachada exhibe una tarja alegórica a los acontecimientos de 1890 y la lista de los nombres de los fallecidos en el incendio de la ferretería.

En el interior de ese pequeño museo pueden apreciarse en sus vitrinas trajes, cascos, medallas, insignias, pitones, megáfonos, hachas y otros objetos utilizados por los cuerpos de bomberos de la ciudad. Sobresalen la pintura mural en la pared posterior, que escenifica el desastre ocurrido; el Carro Bomba de vapor de tracción animal utilizado por los Bomberos Municipales (Ayuntamiento de La Habana, 1901); la maqueta de un coche bomba de principios del siglo xx y un extinguidor de tracción humana de 350 libras del siglo xix.

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