Por Rachell Cowan Canino
Cuando el mundo lamenta el incendio que devastó este lunes, parte de la catedral de Notre Dame, de París, el monumento histórico más visitado de Europa, en este lado del mundo se rehabilita el Convento de Santa Clara con una nueva función: Centro de formación académica en artes y oficios de la restauración y conservación del patrimonio de Cuba, el Caribe y las Antillas.
Esta escuela radicará en el primer claustro femenino que existió en La Habana y que posee una rica historia desde su inauguración, en 1644. Servirá para formar a los futuros restauradores y constituye un proyecto entre la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Para narrar la historia del lugar y los planes futuros de tan excelsa empresa, el Dr. Eusebio Leal Spengler recibió a Stefano Manservisi, director general para el Desarrollo y la Cooperación Internacional de la Comisión Europea. “Compartir la memoria me parece fantástico, el principio es lo más importante”, afirmó Manservisi ante la belleza de la labor de conservación que se lleva a cabo en el Convento.
Por su parte, el Dr. Leal conversó acerca de la imperiosa ilusión para emprender este tipo de trabajos. Los muchachos que se formarán aquí “deben tener la necesidad y la vocación de hacer y no de irse: ese es el lema”.
Leal Spengler comentó sobre las innumerables leyendas que rondan la historia del Convento, muy similares a las de los países latinoamericanos donde estuvieron las monjas franciscanas. Entre las ficciones están las diversas explicaciones en torno a la Casa del Marino, un inmueble construido en el centro del segundo claustro.
El Historiador de la Ciudad explicó a los visitantes sobre el proceso en el que se involucra la OHCH, y destacó la reciente terminación de ciento cuarenta viviendas en edificios históricos, una residencia de ancianos con el apoyo del País Vasco y la escuela primaria Camilo Cienfuegos. Acerca de los procesos de obras en las manzanas aledañas al Convento refirió que “debemos crear el caos en esta calle, que no haya más salida que triunfar”.
“Se quiere que los muchachos que vengan a estudiar a este centro, procedentes de diferentes países, participen y vean una obra de restauración de esta envergadura”, aseguró Norma Pérez-Trujillo, inversionista principal del Colegio de Santa Clara.
Sin duda alguna, esta obra será un regalo para la ciudad y los países del Caribe, un oasis para fomentar el amor por las artes y los oficios.
(Tomado de Habana Radio)
