Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
A las once de la mañana del 9 de abril de 1958 un grupo de jóvenes pertenecientes al Movimiento 26 de Julio en La Habana tomó la antigua Compañía Armera de Cuba, en la calle Mercaderes núm. 157, de La Habana Vieja, con el objetivo de capturar armas para la lucha.
En el local había en ese momento unas setenta escopetas y otras armas de diferentes calibres, que fueron llevadas a un camión estacionado en la esquina de la calle. Un disparo al aire provocó la pérdida del factor sorpresa y atrajo hasta el lugar a varios policías que se enfrentaron a los jóvenes revolucionarios, a quienes les fue imposible salir de la zona.
En aquella aciaga jornada perdieron la vida Carlos Astiazaraín, Marcelo Muñoz, Roberto Casals y Reynaldo Aulet, así como otros cuarenta jóvenes cubanos, asesinados en la gran ola de sangre provocada por la tiranía de Fulgencio Batista, que envolvió a la huelga en sus principales escenarios: La Habana y Sagua la Grande.
Estos sucesos fueron evocados este martes frente al Museo Armería 9 de abril, en el Centro Histórico habanero, en una emotiva ceremonia que se inició con la declamación del poema Nueve de abril, del Indio Naborí, en la voz de Wilfredo Fornaris. También, la joven Claudia Acosta interpretó la canción Su nombre es pueblo, dedicada a los héroes y mártires caídos en las gestas libertarias
Al tradicional acto por los 61 años de la Huelga General Revolucionaria y el Asalto a la Armería, en 1958, asistieron familiares de las víctimas de ese día, protagonistas del acontecimiento histórico, miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, trabajadores de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, dirigentes del Partido, el gobierno, intelectuales, estudiantes y pueblo en general.
Como cierre, el público asistente visitó el Museo Armería 9 de abril, que atesora en sus colecciones un valioso conjunto de piezas: armas de fuego de diferentes épocas, usos y estilos, municiones, utensilios de pesca e instrumentos deportivos, algunos de ellos pertenecientes al establecimiento original.