Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Como parte de un proyecto para la recuperación patrimonial del Teatro Lírico Cubano, este sábado 23 de marzo, a las 5:00 p.m., se presentará el concierto Antología de la Zarzuela Cubana, en el Centro Hispanoamericano de Cultura de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH).
La audición incluirá fragmentos de las zarzuelas “Lola Cruz”, “La flor del sitio”, “El Cafetal”, “María la O”, “Rosa la China”, “Sor Inés”, “Julián El Gallo”, “El batey” y “El torrente”, que podrán ser escuchadas en las voces de las sopranos Dayri Llanes, Cristina Rodríguez, Ariagna Reyes y Lucía Llanes; las mezzosopranos Dayamí Pérez y Merlyn Cruz; los tenores Reynier Borrego, Yancel Guevara, Eugenio Hernández y Félix Alberto Román y el barítono Reynaldo Cobas.
El concierto, dedicado en esta oportunidad a obras del intérprete y compositor cubano Ernesto Lecuona (1895-1963), es el segundo de una serie que reunirá romanzas y dúos de títulos relevantes de la escena lírica en la Isla, algunos de muy poca divulgación en la actualidad.
La recopilación de estas piezas es fruto de una investigación del fagotista Osmany Hernández, quien también ha realizado las versiones para conjunto de cámara que se escucharán en esa jornada, y el contratenor Ubail Zamora, director artístico del espectáculo. En la gala participarán, además, el Trío Móviles, el percusionista Manuel Jiménez y el pianista Arián Alegre.
El espectáculo será parte del espacio “Pentagrama literario”, a cargo de la especialista literaria Natalia Ruiz Galiano, quien hablará sobre la obra de Gustavo Sánchez Galarraga, poeta y guionista de las más famosas obras del Maestro.
Con un valor de 5 pesos en moneda nacional, las entradas se venderán en la propia institución, una hora antes de la función.
Desde el 10 de mayo de 2004, el Centro Hispanoamericano de Cultura es una institución de la OHCH, situada en Malecón núm. 17, en un majestuoso palacio construido en 1924 por el reconocido arquitecto cubano Evelio Govantes.
La emblemática edificación es conocida popularmente por el nombre de “Casa de las Cariátides”, en clara alusión a las singulares columnas que asoman al balcón de su fachada principal, con rostros femeninos en lugar de capiteles, y que, de algún modo, remiten a la arquitectura clásica griega.