Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
El Dr. Eusebio Leal Spengler y la Excma. Sra. Araceli Morales López inauguraron la exposición Cartagena de Indias: Patrimonio de la Humanidad, del colectivo de fotografías La Cueva del Arte, en el Palacio de Lombillo, que devino homenaje a la diplomática, quien durante dos años se desempeñó como Embajadora de Colombia en La Habana.
En la apertura de la muestra, organizada por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) y la Embajada de Colombia en la capital cubana, el Historiador señaló que “cuando uno llega a Cartagena de Indias, en la cual es difícil identificar, en algún determinado espacio, si está en La Habana Vieja o allí, y uno pregunta por la Chica Morales, inmediatamente todo el mundo la conoce”.
“Y la conocen por su trabajo en Cartagena, su ciudad natal, por su obra de animadora cultural, por haber llevado adelante el empeño de la gran feria de artesanía que convierte a esa urbe en el epicentro de la cultura y del arte vernáculo en Cartagena”.
Destacó, asimismo, la capacidad de esa gran mujer de movilizar a los artesanos y artistas de todo el país, que por naturaleza tiene tantos creadores que responden a su convocatoria. Y esa labor de organización, recalcó, no se ha interrumpido, aún estando en La Habana, en lo que fue y es su primera misión diplomática.
Comentó que “da gusto ser guiado por ella en Cartagena. “De vez en cuando del Portal de los dulces me llega alguno que me trae, fundamentalmente el dulce de guayaba, un dulce de leche, un dulce de coco y todas esas ricuras que compartimos en el secreto de la mesa. Al lado, otro rincón, La Vitrola. Cuando volví después de muchos años a Cartagena, le pedí a ella ir a este lugar, donde se suelen cantar boleros”.
Explicó que en breve Chica partía con su esposo de Cuba, luego de cumplir su misión diplomática. “Ella ha demostrado, dijo, que los embajadores son capaces de hacer o no hacer las relaciones y, aún en momentos angustiosos, pueden realizar una labor de bordar y tejer en bien de lo que nosotros, los latinoamericanos, consideramos como algo que puede ser en otras partes del mundo un verbo trasnochado, cuando nos referimos a nuestra Patria”.
Para finalizar, Leal recordó que le gustaba “siempre repetir aquello que encontré una vez en una calle de Florencia, como un lema, y lo hice mío: ‘El arte no tiene Patria, pero los artistas sí’. En este caso, la Chica”.
Por su parte, la Sra. Araceli Morales López, visiblemente emocionada, manifestó que “a escasos días del término de mi misión diplomática en Cuba, nada mejor podría ocurrirme que estar junto a ustedes inaugurando esta muestra del colectivo La Cueva del Arte, sobre Cartagena de Indias, mi ciudad; puerto seguro del que siempre salgo y al que siempre vuelvo”.
Explicó que habían transcurrido dos años, durante los cuales conoció a fondo la bondad del cubano, la pasión que cada cual siente -a su manera-, por esta Isla de mar y palmas, de luchas legendarias, de charlas y bailes, y de meteoritos imprevistos.
Confesó que había conocido a muchos cubanos, habaneros de nacimiento o de adopción, y entre ellos destacó, de manera particular, al Dr. Leal, que fue esencial en su comprensión de tantas cosas, las más profundas, que permiten no quedar en la superficie estereotipada de una ciudad o de un país. “Lo podemos llamar de muchas formas, indicó: el Historiador, el Dr., el Dr. Eusebio Leal Spengler. Hoy yo quiero llamarlo Eusebio”.
Expresó que él le ha reafirmado “certezas alcanzadas, tras una vida dedicada a la cultura y a la educación en su país. El renacer del Centro Histórico de La Habana y la obra social y cultural que le va asociada, son proyectos de los que todos debemos aprender”. Seguidamente elogió la colaboración de la OHCH con la Embajada de Colombia en Cuba, “apoyo que ha permitido acercar al público local a la historia, el arte y a la cultura de la Colombia amiga”.
Tras agradecer al Historiador de La Habana, a su profesional equipo “por su mano siempre extendida”, y a todas las personas que también aportaron a su quehacer, la Sra. Morales López concluyó: “Dos años vividos intensamente en esta ciudad de buenos amigos me proporcionan el extraordinario privilegio de tener hoy dos puertos seguros: Cartagena y La Habana”.
Para cerrar la apertura de la exposición y el homenaje a Chica Morales, el Dr. Leal le entregó un diploma, acreditativo de “su valiosa y sostenida contribución a la gesta rehabilitadora del Centro Histórico de La Habana y a su participación en los cursos formativos del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana”.