Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
El Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba – Europa, otrora Palacio del Segundo Cabo, acogió un encuentro del Historiador de la Ciudad de La Habana, el Dr. Eusebio Leal Spengler, con arquitectos, ingenieros y técnicos de la empresa Restaura y profesionales de la Dirección de Inversiones de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH).
En su visión emancipadora de servir como puente para la educación y el conocimiento, la OHCH ha desarrollado significativos proyectos de salud, educacionales y sociales en beneficio de niños, jóvenes y personas de la tercera edad.
Entre los más importantes citó el intelectual a las escuelas taller extendidas “a todas las ciudades patrimoniales. Esta experiencia ha sacado del desempleo y la añoranza por encontrar un espacio en la vida a cientos y miles de jóvenes; solamente en La Habana a casi 4 000”.
“Hoy, dijo, miles de personas tienen un techo nuevo (…). Solamente en el Malecón, salvados de las ruinas, más de 700 núcleos familiares. Y solo en una calle, en Lamparilla, en el conjunto de viviendas que se han levantado, incluyendo el asilo o la residencia protegida para la tercera edad, son cientos de personas las que han obtenido el amparo y el techo”.
También en el entorno más antiguo de la capital cubana funcionan un Hogar materno infantil, el Centro para niños discapacitados General de División Senén Casas Regueiro, el Centro de Salud Mental y diversas residencias protegidas destinadas a la tercera edad, entre otros espacios que devienen sitios imprescindibles para los pobladores de ese entorno.
Explicó la existencia de tres grandes momentos de la ciudad: la colonial; la neoclásica vista en El Templete, los grandes palacios, las portadas barrocas descritas por Alejo Carpentier y el antiguo Palacio del Segundo Cabo y otras edificaciones, y también “la ciudad imaginativa, donde se sintetiza todo y se forma en eclecticismo, lo que más nos gusta y seduce”.
Si en los tiempos actuales “La Habana puede ser más compleja”, al mismo tiempo “es más representativa”, indicó el Dr. Leal, quien no olvida a sus maestros de obras, Pilar Alonso y Virginio Martín Acosta, que le legaron valiosas lecciones puestas hoy en práctica en el Centro Histórico habanero.
Tras destacar la necesidad de trabajar en equipo, se refirió a la restauración del Capitolio, y, en especial, a su cúpula: “en el momento en que esa cúpula esté dorada y vuelva a encender la linterna que de niño vi, entonces habremos alcanzado un momento grande en nuestro trabajo”.
Mencionó que, junto con el Capitolio, se han restaurado, asimismo, el Teatro Martí, la Escuela Rafael María de Mendive, y centros educacionales como Viet Nam Heroico, Quintín Bandera, Mariano Martí y Ángela Landa.
