La mano ejecuta lo que el corazón manda

La Habana que destella galante ante nuestros ojos, camino a su aniversario 500, es resultado de una simbiosis de culturas, ciencias, religiones y múltiples saberes que llegan hasta nuestros días y se multiplican.

En la parte más antigua de su capital, La Habana Vieja, se desarrollan disímiles proyectos de colaboración con instituciones internacionales, liderados por la Oficina del Historiador de la Ciudad, que propician la constante evolución de conocimientos como en toda ciudad viva.

En estos momentos, se preparan condiciones para la materialización de un nuevo proyecto en beneficio de las nuevas generaciones y la sociedad en general. Se trata de una nueva escuela de oficios relacionados con el patrimonio y la restauración, que tendrá su sede en el Convento de Santa Clara.

La obra cuenta con el apoyo de la Cooperación y Desarrollo Internacional de la Comisión Europea, en virtud de su director general, el Sr. Stefano Manservisi, quien en breve visita a Cuba sostuvo un intercambio con el Dr. Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana.

Al comienzo de su intervención, el Dr. Leal mencionó dos proyectos de gran éxito en el Centro Histórico habanero que se realizaron de conjunto con la Unión Europea: el Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa, antes Palacio del Segundo Cabo, y el Centro a + Espacios Adolescentes.

Sus palabras fueron nuevamente para La Habana y, en especial, se refirió a la fundación de la otrora villa en 1519, año en que muere en Francia, el genio italiano Leonardo Da Vinci, bajo la protección del rey Francisco I.

Esa visión global e inigualable de Da Vinci, “que tuvo el talento de descifrar la naturaleza humana, el arte y la mecánica, es lo que estamos persiguiendo en nuestro proyecto”, aseguró el Historiador.

“¿Por qué?”, se preguntó Leal. Su respuesta fue clara y precisa: la nueva escuela “une el talento académico con la práctica. Se cumple ese viejo proverbio antiguo de que la mano ejecuta lo que el corazón manda”.

El también Director de la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de Ciudades Patrimoniales comentó en un segundo momento sobre la importancia del Caribe y lo definió como el escenario donde “se han fundido las culturas de Europa y del nuevo mundo, de manera diversa, a veces dolorosa, pero siempre creativa”.

Con respecto a la nueva escuela de Oficios, dijo, la intención “es crear una especie de pequeño mundo, en el cual, a partir de la experiencia de recuperar jóvenes que no estudiaban y que estaban en la expectativa de que, si tenemos oportunidades aquí o no, les brindemos la posibilidad de trabajar siguiendo los principios que Cuba ha defendido”.

El futuro centro de formación, al decir del Sr. Manservisi, servirá para “el conocimiento de nuestras identidades” y será también “un proyecto de acción y de vida (…)”.

Unidos por el ideal de que “el hombre es el núcleo de las acciones”, Manservisi comentó, asimismo, la necesidad de trabajar juntos. De esta forma, los resultados serán mayores y se tendrán mejores provechos.

De acuerdo con el Dr. Leal, “lo importante es esa visión constructiva que no teme a la ampliación del mundo, lo que se conoce comúnmente como globalización. La idea es defender la unidad en la singularidad. Es la hora de afirmar también, no con los falsos racionalismos, no con búsquedas ajenas a la razón, sino buscar y fijar la identidad”.

“No soy un embalsamador de cosas, mi interés es soplar vidas sobre ellas, reconoció; para mí el concepto de los espacios públicos, los monumentos y la ciudad misma no es una acumulación de fechas ni de acontecimientos, es que la gente pueda vivir”.

Ante la demanda creciente del turismo en Cuba, el Historiador de la Ciudad explicó la importancia de prepararse y tener una cultura fuerte para mostrar al mundo.

“Cuando construimos esta escuela estamos pensando con ojos amplios de crear una esperanza, una idea de que los jóvenes no deben abandonar su país para buscar fortunas, sino que pueden construir en su país”, agregó.

Al decir del intelectual, es preciso consagrar “la posibilidad de hacer utopías, que es lo más bonito. El hombre tiene que tener razón y corazón (…)”.
(Tomado de Habana Radio)

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