Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
“Estoy acostumbrado por educación a hacer mío el pensamiento del insigne y santo padre Félix Varela, que la patria no le debe a nadie, sino que somos nosotros los que estamos en deuda con ella. Por eso, considerándome agraciado por este alto honor, les ruego permítame inclinar siempre mis sentimientos a Cuba, mi madre amantísima, todo honor y toda gloria, porque las glorias del mundo caben en un grano de maíz”.
Así afirmó el Dr. Eusebio Leal Spengler al recibir la Condecoración de la Orden Nacional al Mérito en el Grado de Gran Oficial, por decreto núm. 9039 del 5 de junio de 2012, que concede la presidencia de la República del Paraguay.
En la ceremonia, efectuada en el Museo de la Ciudad, el Historiador de La Habana indicó que “es un motivo de alegría hacer este acto cuando faltan apenas unos pocos días para que nuestra patria conmemore el aniversario 150 del Grito de Yara, como lo conocemos, la proclama de vida del Padre de la Patria y primer presidente de la República en Armas, Carlos Manuel de Céspedes que era la voluntad del pueblo cubano de alcanzar su emancipación y luchar por ella”.
“Es también, precisó, el aniversario 150 del acto magno de Céspedes de liberar a sus propios esclavos, los cuales eran ya incompatibles con sus ideas y comenzar un proceso político que el día 20 continuaría con la toma de San Salvador de Bayamo, lo que fue el nacimiento de un movimiento de toda la nación que duró largos años”.
Ese día se entonó por vez primera el Himno Nacional de Cuba, “en su versión primigenia, cantada en las gradas de la hoy Catedral de San Salvador de Bayamo, una de las más antiguas ciudades fundadas por España en América Latina, aseveró el también Director de la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de Ciudades Patrimoniales.
Manifestó que le agrada muchísimo recibir esta distinción cuando próximamente se celebrará el 499 cumpleaños de la ciudad, y se realizará la proclama por el aniversario 500, “en el lugar en el cual conmemoramos la presencia de La Habana en la costa norte”.
Según el Dr. Leal Spengler, Paraguay tiene gran importancia en la historia de América: “el significado de ser, de prevalecer y estar. Contra esa voluntad debió enfrentar a lo largo de su historia batallas teóricas de carácter político y batallas inconcebibles para ser libradas por un pequeño pueblo contra adversarios mortales, alentados por el imperio beligerante de aquella época (…)”.
Valoró como emocionante su visita a Paraguay, “por encontrar un estado no solamente productivo y moderno, sino al mismo tiempo, como lo creyeron sus fundadores, armado espiritualmente para ser un pueblo juvenil, que se comprende cuando se piensa en aquella terrible batalla en que se inmoló casi toda la juventud”.
“La profecía montada sobre aquella montaña de ruinas en medio de un campo invadido no se cumplió, y la madre patria engendró hijos nuevos que la hicieron grande, como dice el poema escrito en voz guaraní y también en otras lenguas americanas antiguas (…). Recordar en este día al doctor José Gaspar Rodríguez de Francia es obligado. Cuando Martí lo menciona habla de que su enigmática figura aún recorría el continente americano (…). Su monumento, en el Parque de la Fraternidad Americana, en La Habana, es un acto de justicia. Allí está su retrato junto al de otros precursores y libertadores”.
Por su parte, en la ceremonia, también intervino el Excmo. Sr. Bernardino Cano Radil, embajador de la República del Paraguay en Cuba, quien destacó la formación autodidacta del Dr. Leal Spengler. “Para mí es uno de los valores más extraordinarios que puede tener un ser humano”, dijo, para luego referirse a los numerosos méritos y condecoraciones que ha recibido esta prestigiosa figura por su fecunda trayectoria y a su aporte imprescindible a las diversas áreas del quehacer intelectual.
“Usted ha dedicado, añadió el diplomático, la mayor parte de su vida a embellecer la Historia de Cuba. Quienes lo conocemos quedamos deslumbrados por su capacidad creadora. Durante medio siglo ha salvaguardado el patrimonio, la memoria histórica e intelectual de una de las ciudades más hermosas, emocionantes y políticamente significativa: La Habana”.
Más adelante señaló que “en su entrega tenaz y la vehemencia casi fundacional con que ama a la capital cubana está su huella: pilares, arcos, azulejos, ladrillos y piedras que te recordarán siempre. Se une la extraña unión de intelectual profundo y hacedor, de origen práctico (…) Cuando hablamos con él nos dice que su mayor honor es ser reconocido como Historiador de la Ciudad de La Habana”.
Teniendo como artífice principal al Dr. Leal, las edificaciones del entorno colonial habanero han sido remodeladas, como parte de un proceso, que se inició aproximadamente en 1982, cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), nombró Patrimonio Universal de la Humanidad al Centro Histórico de la capital cubana y su sistema de fortificaciones militares.
Explicó el Sr. Cano Radil que el motivo de la condecoración a Leal parte de su vinculación con el héroe máximo de la República del Paraguay, el mariscal Francisco Solano López. Con su talento y habilidad, el intelectual guió a un grupo de especialistas en la identificación de retratos y descubrió un dato singular: en el Museo de la Ciudad se encontraba un cuadro del general Juan Prim Prats, pero en realidad era Francisco Solano López.
Tras diversas gestiones, él logró que el gobierno cubano donara la pintura de 1864 a ese país sudamericano, y en estos momentos se encuentra en el salón principal de la Casa presidencial en Asunción, capital de Paraguay.
Emitido el 13 de septiembre de 2018, el decreto consigna que este reconocimiento “honra a personalidades merecedoras de la gratitud nacional” paraguaya y que “corresponde conferirla a Eusebio Leal Spengler, quien se ha destacado como un importante impulsor del conocimiento histórico de los pueblos de Nuestra América, y, en tal carácter, ha promovido al acercamiento cultural entre la República del Paraguay y la República de Cuba, siendo además poseedor de sobrados méritos para ser distinguido por su dilatada y exitosa trayectoria.”
La Orden Nacional al Mérito, que concede la República del Paraguay, fue creada por el Congreso Nacional de ese país, en sesión extraordinaria, en el año 1865.