Por Darío André Extremera / Fotos tomadas del sitio web del Palacio del Segundo Cabo
Ha pasado poco tiempo desde que reabrió sus puertas al público el Palacio del Segundo Cabo, actual Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa y museo de nuevo enfoque hacia la historia, y ya fue una de las opciones más atrayentes durante este verano, casi al mismo nivel que las formas de veranear más tradicionales.
Cuba es un país de clima caluroso; pese a esta condición, que se agrava aún más en los meses de julio y agosto, y la situación del transporte, el Palacio fue visitado por cientos de familias que buscaron ver las novedades tecnológicas del centro y la belleza de un edificio colonial recuperado por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) y otras entidades internacionales.
La nueva misión del Palacio es mostrar y facilitar la comprensión de las interacciones de las civilizaciones europeas, desde la conquista, con el continente americano, en especial Cuba. Así, en el museo encontraremos por ejemplo un Túnel del Tiempo, cuyos muros están ilustrados con la historia, por un lado, de Cuba, y por el otro, de Europa; una sala de viajeros y viajeras, personas que, siendo cubanas o extranjeras, contribuyeron al desarrollo de este archipiélago y dejaron una fuerte impronta en las artes o las ciencias; un gabinete que permite a través de las mesas multitáctiles y los “cubos de conocimiento”, dispositivos que, colocados en las mesas, permiten visualizar contenido e interactuar con imágenes, vídeos y minijuegos, conocer objetos característicos de la vida diaria de la sociedad cubana.
Rutas y Andares, proyecto concebido por la Oficina, tiene en esta edificación una sede más para celebrar conferencias, recorridos y proyecciones de audiovisuales, relacionados con el patrimonio y su preservación. Este verano se efectuaron en el inmueble, desde una presentación del programa Memoria del Mundo, de la Unesco, y sus exponentes en Cuba; un homenaje a Antonio Núñez Jiménez, hasta una disertación de Gladys Collazo, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural (CNPC), sobre patrimonio inmaterial.
Otro de los eventos más aceptados por el público, en especial por los más pequeños, fue el Taller infantil Niños guías del patrimonio, en el mes de julio. Durante cada encuentro los infantes aprendieron de los vínculos culturales que unen a Cuba con el continente europeo, los íconos de la arquitectura y el arte que existen en esas regiones, y se prepararon exhaustivamente, dirigidos por un grupo de especialistas del Segundo Cabo y la Dirección de Gestión Cultural de la OHCH, para brindar un recorrido completo por el museo y explicar cada sala y tecnología del lugar a los ganadores del primer premio de Rutas y Andares.
Esta fue también una oportunidad para los niños de desarrollar habilidades comunicativas, proyectar la voz ante una audiencia numerosa, perder la timidez y desarrollar la creatividad mediante ejercicios en el aula, que incluyeron a los padres. No es la primera vez que se organiza este taller infantil; según las opiniones de padres y niños, el breve curso fue especial, bien organizado y, sobre todo, divertido.
Los andares virtuales por países europeos fueron otra de las propuestas del Palacio. Cada semana, y con gran afluencia de público, se exhibió un material de alrededor de una hora, que mostró a grandes rasgos la sociedad, el arte, la historia y otros elementos, de Italia, Polonia, Austria, Alemania, Grecia y Finlandia, las naciones seleccionadas para esta edición.
Los espectadores, en su mayoría de la tercera edad, también encontraron un espacio de debate en los andares, donde comentaron y compararon esas sociedades con la cubana. En una sociedad marcada por el envejecimiento poblacional, los andares virtuales fueron una opción acertada para el esparcimiento de un sector que para muchos pareciera erróneamente relegado a no tener una vida social.