El Andar la arquitectura continúa atrapando a las familias cubanas

Por Teresa de Jesús Torres Espinosa

La Habana: 500 años, nuevas obras en el Centro Histórico es el tema general del Andar la arquitectura de la 18 edición de Rutas y Andares, que esta vez abarcará seis recorridos, enfocados a presentar a las familias cubanas las obras recién terminadas y otras, en procesos de rehabilitación, que serán concluidas próximamente, de cara a los 500 años de fundación de la ciudad.

Este Andar, uno de los más preferidos por el público, incluyó, durante el mes de julio, recorridos por la Manzana Sarrá, con visita al Centro a+ Espacios Adolescentes; por instalaciones hoteleras de La Habana Vieja, y los Pórticos históricos, el de O’reilly y el de San Francisco.

Yamira  Rodríguez Marcano, historiadora de la empresa Restaura, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), y coordinadora de esos paseos, ofrece detalles del Andar la arquitectura para el mes de agosto:

Siguiendo con la idea de visitar obras en restauración, este mes efectuaremos tres recorridos. El primero, por el Paseo del Prado, permitirá al público conocer acerca de tres obras en rehabilitación: los hoteles Packard y Regis, y el Colegio de Mendive. Las familias tendrán el privilegio de entrar a esta última, ya prácticamente terminada, que posee marcados valores históricos y arquitectónicos, y que abrirá el próximo primero de septiembre como escuela primaria.

Creo que a los participantes siempre les ha gustado ver obras en restauración; se arma una especie de complicidad entre el guía, quienes atienden la obra y el público, y también de teatralidad, porque en algunos casos es hasta la oportunidad de ponerse un casco en la cabeza.

En el segundo de los andares de agosto recorreremos las calles San Ignacio entre Lamparilla y Amargura, y Amargura entre Mercaderes y San Ignacio, donde están las nuevas tiendas patrimoniales rehabilitadas y se inauguró recientemente un nuevo centro para la Tercera Edad, que será visitado.

Resulta válido destacar que la Oficina no trabaja para fechas. Sí nos servimos de ellas para honrar y conmemorar, pero la meta es siempre trabajar y salvar la ciudad. Por ello, desde la empresa Restaura, quisimos que en este cambio de la imagen de la ciudad y con la vista puesta en sus 500 años estuviesen presentes también las obras concebidas desde el sector privado. Es decir, la Oficina desde el sector público estaría apostando por lo nuevo en el Centro Histórico, que se incluye en el Plan de Desarrollo Integral de la OHCH, pero, a su vez, por todo lo que se hace en el gobierno y en la propia Oficina para apoyar el emprendimiento. De ahí que cerremos el Andar la arquitectura, el 16 de agosto, con una mirada a los Nuevos emprendimientos: El Barrio del Ángel, el Callejón de los Peluqueros y obras alrededor de la plazuela del Ángel.

En ese sentido, las familias podrán informarse de todo lo realizado por Gilberto Valladares (Papito) como líder en el barrio del Santo Ángel, de las nuevas obras que desde el emprendimiento han nacido en la Plazuela del Ángel, en las Cinco Esquinas, las calles Habana, Cuarteles, Peña Pobre…; o sea, el público conocerá cómo el sector privado ha incidido en el cambio favorable de la imagen de la ciudad. Escogimos el sector norte porque está más maduro,  hay obras terminadas, y contamos incluso con la colaboración de los emprendedores para intercambiar con las familias sus experiencias y objetivos.

Los guías y su preparación

Tradicionalmente, nuestros guías trabajan con mucha vocación y amor; son muy profesionales y leales al proyecto Rutas y Andares. Provienen, principalmente, de la empresa Restaura, pero siempre contamos con la colaboración de especialistas del Plan Maestro y de la Dirección de Patrimonio de la OHCH. También ocurre algo muy curioso y muy bueno, y es que los jóvenes recién graduados de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, sobre todo de Historia del Arte, que han efectuado sus trabajos de diploma en la Oficina, desde la época de estudiantes y hasta la actualidad, ofrecen su aporte voluntario con el programa.

Se trata de un trabajo en equipo, cuyos integrantes desarrollan una investigación. Cuando esta se concluye, no se improvisa haciendo el Andar con la familia, sino que se ensaya el recorrido y calcula su tiempo de duración, de aproximadamente dos horas. Ello posibilita ampliar la información y enriquecer el paseo. Si hay una obra que sea importante, aunque no constituya un objetivo a mostrar, el grupo se prepara y aporta datos; y lo otro es que el público nuestro se destaca por su avidez informativa y siempre va a preguntar. De ahí la importancia de la buena preparación de los guías, porque te encuentras estudiantes universitarios, guías de turismo, maestros retirados o personas que han vivido toda la vida en La Habana Vieja y quizás tienen el conocimiento que el guía no posee: el haber vivido un hecho histórico, o haber visto un edificio que ya hoy no existe.

Siempre en uno o dos recorridos el Andar la Arquitectura cuenta con el Servicio de interpretación para personas sordas, del proyecto Cultura entre las manos. Se les asigna un solo guía y también se unen a ellas integrantes del público en general. Esa posibilidad de inclusión, de diversidad, aceptación y de compartir los conocimientos con quienes poseen capacidades limitadas, hace el paseo mucho más rico y humano, y que al final se cumpla el objetivo de llevarle a las familias el trabajo de la OHCH, los valores históricos y arquitectónicos de la ciudad.

¿Por qué el Andar la arquitectura es uno de los preferidos por el público?

La arquitectura, en primer lugar, es la protagónica en la ciudad, es como la reina de la urbe, y tener la oportunidad de conocer la arquitectura, la obra de la restauración de manos de los protagonistas creo que es otro de los ganchos del Andar. El público tiene la posibilidad, por ejemplo, de compartir con el proyectista general de las obras del Capitolio, los inversionistas, los especialistas que realizaron la investigación histórica del inmueble, o con quienes concibieron el diseño interior de la edificación. Y ese intercambio personal hace rico el Andar, junto con la preparación de los guías.

Rutas y Andares es un proyecto que, ya con 18 años, trata de reinventarse. Hemos sabido también saltar los muros históricos de La Habana Vieja y es un reto cada año para nosotros planificar qué le ofrecemos a una familia, que siempre demanda nueva información. Por eso hemos ido al Vedado, a Miramar, a Centro Habana, a las plazas y tenemos pensado extendernos hasta otros puntos de la ciudad, de manera que, en cada nueva edición, al menos haya un tema novedoso. Es como si las personas aprendieran a mirar con nuestros ojos, desde el conocimiento y el interés por la cultura y el patrimonio.

 

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