Sorprenden las Parrandas de Remedios en la Casa Víctor Hugo

Por: Equipo Casa Víctor Hugo

La variedad de propuestas culturales que desarrolla la Oficina del Historiador de La Habana durante el período veraniego ha hecho del programa “Rutas y Andares” una de las opciones preferidas por las familias habaneras. Dentro del trabajo desarrollado ha sido notable la colaboración entre instituciones, lo cual ha permitido que muchas de las actividades privilegien y visibilicen diferentes centros.

Con el espíritu de apoyo que caracteriza a la institución, la Casa Víctor Hugo acogió una de las actividades que forman parte de la Ruta Especial “Patrimonio y Memoria: de Cuba para el Mundo”. El especial interés que suscitó la presentación “Génesis, historia, extensión y actualidad de las Parrandas de Remedio como expresión del Patrimonio Cultural Inmaterial de Cuba”, a cargo del MSc. Juan Carlos Hernández Rodríguez y el Lic. Erick González Bello, fue notable ante la asistencia concurrida de jóvenes, adultos y adultos mayores.

En el mundo existen festividades tradicionales arraigadas en la cultura popular de cada país que sobreviven al paso del tiempo. En Cuba, un ejemplo vivo lo constituyen las “Parrandas de Remedios”. Dos parranderos excepcionales, uno de la barriada del Carmen y otro de San Salvador, tuvieron la oportunidad de explicar el origen y desarrollo de una de las tradiciones festivas cubanas más emblemáticas, que forma parte del patrimonio cultural de la nación desde 2013. Sus exhaustivas explicaciones estuvieron acompañadas por dos documentales que recogen opiniones de muchos de los protagonistas y actores principales que hacen posible la realización de las tan sonadas Parrandas. Así, entre congas, polkas y changüíes que reflejan la energía y la emoción del público, se desarrolla la fiesta; entre trabajos de plaza con sus impresionantes juegos de luces que trasladan al espectador hacia adentro de la historia que representan; las carrozas con sus personajes cargados de elegancia y dignidad; y los espectáculos de pirotecnia, esas exhibiciones que convierten la noche en día, erizan la piel y aceleran el corazón.

En Cuba todo el mundo las conoce y de todas partes del mundo vienen intrépidos aventureros a presenciar la guerra de música, arte y fuego. Nunca nadie sabe quién gana, porque no se juzga, no se premia: el único juez es el público y el único premio su alegría. Por eso todo el mundo gana, aunque a veces, o casi siempre, los remedianos dicen que el barrio campeón es aquel al que pertenecen, y sino que lo digan Juan Carlos Hernández y Erick González Bello.

Entender el arraigo de una de las fiestas más antiguas del país fue un hecho memorable. Los participantes quedaron conmocionados ante el fervor y el sentimiento de pertenencia de los pobladores de la región central de la Isla. Y es que para ellos hacer más con menos se ha convertido en el motivo de cada día. Poco importa la precariedad de recursos económicos ante el ímpeto parrandero. Todo lo cual demuestra que las parrandas son testimonio vivo del proceso de conformación de la identidad local y gracias a ello florecen cada año con nuevos bríos.

 

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