Recordando al líder anti-apartheid Nelson Mandela

Por Teresa de Jesús Torres Espinosa

El 18 de julio se celebra el centenario del natalicio de Nelson Mandela, el primer presidente negro de Sudáfrica, entre 1994 y 1999. Este es un momento propicio para reflexionar sobre su vida y legado, y para seguir su llamado a “hacer del mundo un lugar mejor”.

En ocasión de esta efeméride en numerosos países se desarrolla una jornada de homenajes a ese luchador, que dedicó su vida al servicio de la humanidad. Los ecos de ese tributo han llegado hasta la Casa de África, situada en el Centro Histórico de La Habana, donde permanece abierta al público la exposición de artes visuales Mandela 100, organizada por esa institución patrimonial, el museo Memoria y Tolerancia, de México,  y la fundación Ford, en New York.

La muestra reseña momentos de la vida y la obra del Premio Nobel de la Paz 1993, mediante imágenes -numerosas gigantografías-, pósters, e instalaciones, apoyados con textos y elementos audiovisuales, en los cuales se pueden valorar alocuciones de Mandela con el hilo conductor de su posición anti-apartheid y de democracia desde los inicios de la lucha a mediados de los años 80 de la pasada centuria; todo ello con una música compuesta e interpretada por las poblaciones negra y blanca sudafricanas.

El visitante se sobrecoge cuando aprecia la recreación de la celda, donde permaneció durante 27 años el símbolo de la lucha contra el apartheid. Al penetrar a ese espacio, cuyas dimensiones no son totalmente iguales al original, se interactúa con su única ventana, un banco de madera para sentarse, un cubo de metal, una especie de estera en función de colchón y una manta para taparse.

A la salida del cubículo la mirada atrapa imágenes de gran formato de Mandela y Winnie, activista anti-apartheid sudafricana y su esposa en ese entonces, y el momento en que, ya excarcelado, el dirigente  aparece de manera oficial ante cientos de miles de personas de Ciudad del Cabo, el 11 de febrero de 1990. En su discurso, que marcó la historia del país, el líder subrayó: “He luchado contra la dominación  blanca y he luchado contra la dominación negra. He soñado con un ideal de una sociedad democrática y libre en la que todas las personas vivan juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal que espero vivir y lograr. Pero si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir”.

Para concluir la muestra, un espacio interactivo, donde el público se retrata y se acuesta encima de una pegatina en el suelo, que exhibe una especie de gran tapiz con la huella digital de una mano, la de Mandela, quien termina su mandato presidencial y entrega a las nuevas generaciones todo lo conquistado en Sudáfrica. Puede leerse, asimismo, una de sus frases: “Decimos hoy después de casi 90 años de vida, que ha llegado el momento de que nuevas manos soporten la carga. Ahora está en tus manos”.

Completan esa área imágenes, que después de la excarcelación de Mandela también marcaron un hito en la vida de Sudáfrica y en la del líder: su elección por vía democrática, en 1994, como primer presidente de una Sudáfrica libre, y el Mundial de Rugby de 1995, donde el equipo nacional de rugby sudafricano obtuvo el premio por la inclusión de negros y blancos. A su vez, desde lo alto, en la sala cuelgan sillas escolares de múltiples colores, representativos de la bandera de Sudáfrica.

En otros espacios se muestran una cronología de Sudáfrica, imágenes en gran formato de la discriminación racial en las paradas de los autobuses y en los parques, destinados a negros y blancos, por separado, y de las manifestaciones donde sus participantes portaban carteles con frases anti-apartheid. Conmueven la instalación de las horcas para representar la masacre de Sharpville Six, y la alusión al proceso de Rivonia,  juicio que se desarrolló en Sudáfrica entre 1963 y 1964, en el que Nelson Mandela junto a otros líderes del Congreso Nacional Africano fueron juzgados por 221 actos de sabotajes dirigidos a derrocar el apartheid.

También conforman la exposición dibujos a lápiz, concebidos por Mandela cuando estuvo en prisión, que ilustran momentos de abatimiento; las campañas anti-apartheid, apoyadas con una producción audiovisual, en la cual se escucha un ritmo muy de moda y contagioso en Sudáfrica en esa época, cuyo texto dice: “Free Nelson Mandela”, y la obra gráfica Epílogo Mandela cien, de la artista argentina Valentina Siniego, que mediante el emparchado y otras técnicas convencionales muestra imágenes de luchadores africanos contemporáneos con Mandela.

La exposición se mantendrá abierta al público hasta el mes de agosto, y se inserta en el programa de verano Rutas y Andares, que cada año organiza la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, dirigido a la familia cubana.

 

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