Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Fomentar en la población una cultura ambiental y contribuir, de alguna manera, a su educación en torno a la naturaleza, es propósito de la Ruta especial de la Quinta de los Molinos, una institución con un alto valor estético, histórico y patrimonial, que se suma nuevamente este verano al programa Rutas y Andares para descubrir en familia.
A partir de este 10 de julio y durante siete semanas están previstos diferentes recorridos por este espacio verde de la capital cubana, que posee 4.8 hectáreas de extensión y es favorecido por el contacto con la naturaleza. Así, niños, jóvenes, adultos y abuelos se acercarán a temas relacionados con las plantas, los animales y el medio ambiente.
Lisette Abadie, especialista principal del Departamento Sociocultural de la Quinta de los Molinos, nos explicó que en estos encuentros, que comienzan cada martes, a las 10:00 a.m., el público conocerá sobre las mariposas, el arbolado, la fauna, la historia y el patrimonio de la Quinta de los Molinos, las aves ornamentales y silvestres, y las plantas ornamentales.
Abadie comentó que el principal atractivo de este amplio jardín es el Mariposario, el primero y único que existe en Cuba. De pequeña dimensión en comparación con otros del mundo, señaló, dispone de tres condiciones fundamentales: la temperatura, la humedad y las plantas que requieren las mariposas para su supervivencia, que son las hospederas y las de néctar.
El Mariposario, con siete especies, es muy visitado por niños y jóvenes, quienes admiran de cerca a estos bellos y coloridos insectos voladores. En el laboratorio aprecian su ciclo de vida completo, desde que son un huevecillo y la larva, y ya en el propio Mariposario pueden ver el capullo y hasta mariposas naciendo. Y ello contribuye también a su educación ambiental.