Por Liritza López. Lic. en Historia del Arte y Especialista de Artes Visuales del Centro de Gestión Cultural
Alejada de cualquier superstición respecto a su título, acontece esta exposición retrospectiva del diseñador Nelson Ponce, en la Galería Rubén Martínez Villena de la Plaza de Armas. Por tercera ocasión el espacio acoge una muestra del artista, esta vez dedicada a su labor para la promoción cultural. Dieciséis tríos de carteles realizados para un mismo director de cine, una institución, un suceso, o con elementos y formatos comunes, dan nombre a la exhibición. A juicio de Ponce, generar diferentes ideas para un mismo encargo implica un ejercicio de desdoblamiento, intentar no repetirse se convierte en premisa. Sobre este desafío creativo discursan sus trilogías.
Si en términos de música un trío se distingue por el acoplamiento de sus voces, en este caso prevalecen la voluntad de articular la creación y el propósito de comunicar en disímiles visiones. De este modo, propuestas como las del evento Pensamos Cuba de la sesión de Crítica e Investigación de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) denotan un ejercicio funcional con matiz artístico, donde lo cubano, lo contemporáneo y la reflexión se conjugan mediante distintos símbolos y gestos.
Igualmente, se valen de la sutileza de fusionar figuras, atributos y actitudes en las series dedicadas a las obras de teatro, los ciclos de la cinemateca, otros acontecimientos de la AHS, los duelos con Sarmiento, el aniversario 25 de la Escuela Internacional de Cine y Televisión y las películas cubanas y foráneas.
En la trayectoria profesional de Ponce destaca la vertiente de los carteles de cine; entre ellos deviene una selección sugestiva de los homenajes a Charles Chaplin de la Cinemateca de Cuba. Al parecer, el artista se regodea en la identidad de Charlot para dotarle de nuevas soluciones. Así, el diseñador sugiere tres variantes del mostacho: exclamación, síntesis y signo.
El continuo idear de Ponce lo convierte en creador de visualidades inusitadas, en las cuales el mensaje esencial participa de la polisemia. En consecuencia, hace confluir perspectivas o las proyecta unas sobre otras como en las obras para conciertos. El afiche de la presentación Descarga con Bandancha, de Yissy & Banda Ancha, referencia en el acceso directo a los protagonistas, y la condición de sus imágenes para apreciar los píxeles y la pretensión de vincular el jazz con las tecnologías, eludiendo la forma tradicional del género. Desde otra dimensión, se aprecia el cartel de La Flota, proyecto musical de Yissy García, X Alfonso, David y Ernesto Blanco, donde ensaya la idea de embarcaciones con un destino común sobre la integración de los intérpretes a una especie de “robot emisor”.
Revisión aparte merece la obra realizada para la promoción de la exposición; la síntesis visual del conjunto gravita en una analogía de Cerbero: monstruo de tres cabezas de la mitología griega. Este guardián de la entrada al Infierno simula resguardar en tanto representa una de las manifestaciones privilegiadas por Ponce. Una vez más sus alegorías trascienden las pautas esenciales de un póster, al asociar esferas de la creación como el diseño, el arte y la comunicación. De esta certeza emanan sus creaciones.