Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
“Hoy el ejemplo de aquellos jóvenes se multiplica en las nuevas generaciones que trabajan, estudian y consolidan nuestras conquistas; que laboran sin descanso en jornadas de esfuerzo decisivo para hacer una capital y una ciudad más bella a las puertas de su 500 aniversario, donde el principal protagonista es el pueblo trabajador bajo la guía certera del Partido Comunista”, señaló Eduardo Sáenz Coopat, Jefe del Departamento Ideológico del Comité Provincial del Partido, en el acto de recordación de la Huelga del 9 de abril de 1958, efectuado frente a la Armería, situada en el Centro Histórico habanero.
En la velada político cultural, Sáenz Coopat indicó que “trabajar duro, esforzarse en todo y nunca olvidar la historia, es el mejor homenaje que realizamos a quienes cayeron en estos días gloriosos de la huelga y en el asalto a la Armería ese 9 de abril de 1958”.
Por su parte, la Dra. en Historia Sonia Moro, combatiente de la clandestinidad y participante en la huelga del 9 de abril, rememoró cómo se prepararon para el acontecimiento a la espera de la orden de acción y la tensión que se vivió ese día.
“Quisiera en este minuto, dijo, rendir homenaje, en representación de los mártires de ese día y de los siguientes, a los heroicos combatientes que perdieron su vida en el asalto a la Armería, además del citado Carlos Astiazarraín, quien pudiendo refugiarse en una vivienda en altos cercana al lugar, lo rechazó cuando vio que vivían niños pequeños, a los que no quiso poner en peligro. Además de él, cayeron heroicamente en esa acción Marcelo Muñoz, Roberto Casals y Reynaldo Aulet”.
En el acto se entregaron diplomas de reconocimiento a tres mujeres dirigentes del Comité Municipal del Partido en La Habana Vieja, quienes durante 10 y 20 años han consagrado su vida al abnegado desempeño en el trabajo profesional de la organización: Juana Leal Nápoles, Ana Niurka Sáez de Armas y Orquidia Torres Sánchez.
Al finalizar la ceremonia, el Historiador de la Ciudad, Dr. Eusebio Leal Spengler, recorrió el Museo Armería 9 de abril, que atesora, además de las armas, un Radio Jewel comprado por Roberto Casals y utilizado en la casa donde fabricaban y escondían explosivos.
A las once de la mañana del 9 de abril de 1958 un grupo de jóvenes pertenecientes al Movimiento 26 de Julio en La Habana tomó la antigua Compañía Armera de Cuba, en la calle Mercaderes núm. 157, de La Habana Vieja. Su propósito era capturar armas para la lucha.
En ese local había en ese momento unas setenta escopetas y otras armas de diferentes calibres, que fueron llevadas a un camión aparcado en la esquina de la calle. Un disparo al aire provocó la pérdida del factor sorpresa y atrajo hasta el lugar a varios policías que se enfrentaron a los jóvenes revolucionarios, a quienes les fue imposible salir de la zona.
Astiazarraín, Muñoz, Casals y Aulet perdieron la vida en aquella aciaga jornada, como otros cuarenta jóvenes cubanos, asesinados en la gran ola de sangre provocada por la tiranía de Fulgencio Batista, que envolvió a la huelga en sus principales escenarios: La Habana y Sagua la Grande.
Al acto de este 9 de abril asistieron familiares de los mártires de ese día, protagonistas del acontecimiento histórico, miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, dirigentes del Parido, el gobierno, estudiantes y pueblo en general.