Por Anolan González Morejón
El criterio de selección de las obras para este concierto parte de reflejar las disímiles temáticas que se han analizado referidas a la creación para viola por compositores contemporáneos cubanos de los siglos XX y XXI, con el objetivo de lograr, una relativa unidad de estéticas musicales que se visualizan, en la diversidad de estilos de composición que se presentan en cada obra con fuerte sentido raigal, influenciado en algunos casos de culturas externas, ello explica la ausencia en esta selección de obras de compositores de otros países.
Dentro de la compilación que se pone a consideración, se aprecian obras con alto valor patrimonial, donde se vislumbra el tratamiento musical de la viola en cada compositor y las posibilidades tímbricas – expresivas que son desarrolladas por el intérprete en cada composición según el autor y su imaginario. Estas creaciones guardan una estrecha, relación creador – intérprete, lo que propicia un cúmulo de obras inspiradas y dedicadas a un ejecutante en específico.
En este programa resalta especialmente la obra Alta – Gracia del maestro Carlos Fariñas que en manos del pianista Gabriel Chorens demuestra, la destreza técnica y gusto expresivo del intérprete y la auténtica personalidad de Fariñas en su composición.
Gracias al rescate y labor de gestión que se hace con la obra para viola en Cuba, es que en la actualidad se proyectan conciertos y grabaciones donde es sociabilizada y redimensionada la creación contemporánea cubana para este instrumento, que hasta hoy ha sido una primicia en mi experiencia como solista.
Agradecimientos: Al Lyceum Mozartiano y su director Ulises Hernández por el apoyo. Al Oratorio San Felipe Neri. A todos los compositores que confían su obra a mi persona. A los maestros Alfredo Diez Nieto y Juan Piñera por ser la inspiración. A Ela Egozcue, compañera de vida del maestro Carlos Fariñas, por permitir que la obra “Alta- Gracia” sea escuchada. A Bárbara Llánes por su amistad y presencia, tanto con su obra como con
su voz. A Gabriel Chorens por su entrega. A mi querida madre Amalia Morejón, por ser el pedestal que sostiene mi espíritu y vida en todo momento. A todos gracias.