Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
“El presente trabajo constituye un llamado de alerta, a la vez que un proyecto factible en pro del patrimonio industrial en la bahía de La Habana”, destacó el Dr. Eusebio Leal Spengler en unas palabras de presentación reproducidas en el volumen Termoeléctrcia de Tallapiedra. La actualidad de un pasado en la bahía de La Habana, de los arquitectos Orlando Inclán, Claudia Castillo, Isell María Guerrero y Camilo Ramón Darias.
Señala el Historiador de la Ciudad de La Habana que “fue en esta área donde se edificó la moderna planta que garantizaría la luz a la ciudad de nuestros abuelos y que, superada con el tiempo, permanece hoy como testigo silencioso, a la espera de una intervención que salve para la historia de la Cuba actual tan hermoso y significativo edificio”.
En la presentación del volumen, en el stand de Boloña en la XXVII Internacional del Libro de La Habana, la MsC. Gladys Collazo, afirmó que el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural y la Comisión Nacional de Monumentos han mostrado especial interés por el rescate, protección y conservación del patrimonio industrial de la nación.
La presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba precisó que “el caso de la central termoeléctrica de Tallapiedra, objeto de este excelente libro, es resultado de un especial y meritorio trabajo de investigación y de una propuesta tentativa para un posible proyecto de intervención cultural, que garantice y haga posible en una parte sustancial una deseable preservación en el futuro”. Tallapiedra, dijo, es la actualidad de un pasado, paradigma del ingente patrimonio industrial en la bahía de La Habana.
Manifestó Collazo que esta publicación es un punto de partida importante para la socialización del patrimonio industrial en Cuba, y agradeció a Industria, Cultura y Naturaleza (INCUNA) y, en especial, a su presidente, el español Miguel Ángel Álvarez Areces, quien hizo posible que este volumen viera la luz en la colección La Herencia Recuperada.
Por su parte, en la presentación de la obra, Álvarez Areces reconoció en el Dr. Leal a una persona que ha dedicado su vida a la conservación del patrimonio cultural. Señaló que INCUNA trata de conservar y preservar revitalizando el patrimonio industrial, un elemento con un contenido cultural muy importante.
En tanto, el arquitecto Orlando Inclán, opinó que “lo primordial del libro, realizado a cuatro manos, es que se ha logrado llegar desde el objeto hasta la memoria inmaterial”. Esta es una publicación, subrayó, que se centra, sobre todo, en el tema del paisaje post industrial de la bahía de La Habana.
El también director del Taller de Urbanismo de la Empresa Restaura de Proyectos de Arquitectura y Urbanismo, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, explicó que “cuando se llega al interior de Tallapiedra uno siente que está en una catedral del trabajo”, e indicó que esta instalación no debe ser solo un museo, sino que debe generar cultura y energías para su sostenimiento. Ese enorme edificio, además de salvarlo, debe salvarse él mismo, afirmó, para luego agradecer a todos los que hicieron posible la aparición del título.
Como cierre de la presentación, Mario Cremata, director de Ediciones Boloña, manifestó su interés de que no demore mucho la recuperación de Tallapiedra y que este inmueble recupere la luz que nunca debió de perder. Este libro es el primer paso para rescatar ese símbolo de La Habana, señaló.
En las conclusiones de Termoeléctrcia de Tallapiedra…, los autores señalan que “en la 12 Bienal de La Habana (mayo de 21015) fue posible realizar la muestra colateral Energía para Tallapiedra, una propuesta contemporánea de intervención artística en un edificio industrial, que evidenció las ideas que teníamos para este inmueble, en este caso, la termoeléctrica más antigua más antigua de Cuba, coincidiendo con los 100 años de servicio para la ciudad del edificio”.
Esa fue iniciativa del proyecto habana(re)generación, integrado por arquitectos cubanos que estudian el futuro crecimiento y la (re) estructuración urbana de la ciudad. Revertir el deterioro y generar una nueva imagen de la capital cubana es su objetivo.
Como un llamado a convertir esa termoeléctrica en centro de recreación contemporánea, Energía para Tallapiedra se realizó en la parte más antigua del inmueble, que no se utiliza: la otrora sala de las turbinas. Más de 3 500 personas visitaron durante el mes de la bienal ese patrimonio industrial.
La antigua central termoeléctrica de Tallapiedra, hoy Otto Parellada, aún sigue prestando servicios al Sistema Electroenergético Nacional, pero lo hace solo su área más moderna. La estructura más antigua data de 1914, cuando se construyó el edificio neoclásico que la identifica. Actualmente en desuso, muchos de sus espacios están declarados en peligro de derrumbe.