Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Con mucho empeño, amor y fuerza se construyó Matanzas en el visor del tiempo, un volumen que, concebido por la Oficina del Conservador de Matanzas, fue presentado en el stand de Ediciones Boloña, en la XXVII Feria Internacional del Libro, con sede en La Cabaña.
El MsC. en Ciencias, Leonel Pérez Orozco, conservador de la Oficina yumurina, comentó cómo surgió la idea de crear esta obra, cuyas páginas reúnen más de 900 imágenes de Matanzas, que van desde 1853 hasta la actualidad, y explicó que muchas de ellas salieron de las gavetas de pobladores yumurinos y del Archivo de esa provincia.
Agradeció a Ediciones Boloña y al Dr. Eusebio Leal Spengler por el apoyo recibido para la publicación del libro, que deviene homenaje a los 300 años de la fundación de Matanzas, que se cumplirán en octubre próximo. El texto, dijo, tiene como propósito mostrar a los habitantes de esa urbe cómo es su ciudad, que se sientan orgullosos de su patrimonio y lo preserven para las futuras generaciones.
Por su parte, el periodista Mario Cremata, director de Boloña, calificó a Matanzas en el visor del tiempo como un libro excepcional, en el que la editorial habanera “puso un granito de arena”. Destacó, a su vez, el apoyo de la Dirección de Cooperación de Relaciones Internacionales de la OHCH para su materialización.
“Para Boloña lo importante es registrar para la memoria de Matanzas y de Cuba el contenido de este texto, donde se unieron jóvenes y veteranos”, señaló Cremata, quien añadió que se trata de un exhaustivo compendio fotográfico de la historia de esa ciudad.
En el prólogo de este volumen los profesores Sonia Montes de Oca y Roberto Vázquez afirman que “mediante este documento fotográfico-histórico se convida a los lectores a la reflexión y al análisis, y a la investigación. El libro atrapa en centenares de imágenes las huellas de tres centurias”. Es un texto de “significativos valores testimoniales, sociales e históricos. En él es posible distinguir calles, edificaciones, plazas y puentes de la ciudad, fotografiados en épocas pretéritas, y también establecer comparaciones con su estado actual”.
Con edición de Néster Núñez y diseño de Karel Bofill, el “libro incita a la aventura de desplazarnos en el tiempo. Pero no solo al pasado pues, luego de la última página, notamos que nuestra mente no aterrizó en la actualidad sino que continuó viajando, esta vez hacia delante, hacia el futuro, de donde traerá una certeza inamovible: sí es posible preservar la ciudad. Es posible restaurarla”.