Develan en La Habana estatua del Apóstol cubano

Por Teresa de Jesús Torres Espinosa

“En esta mañana en que se cumple el aniversario 165 de su nacimiento no lejos de aquí, en la calle de Paula, evocamos a José Martí en el acto de su supremo sacrificio por la causa que escogió como una motivación para su vida. La obra de la insigne artista norteamericana Anna Hyatt Huntington lo evoca”, señaló el Dr. Eusebio Leal Spengler en una solemne ceremonia efectuada en el parque Trece de Marzo, en el Centro Histórico de La Habana.

La reproducción fiel, exacta y única de la estatua ecuestre en Cuba del Apóstol, cuyo original se encuentra en El Parque Central de Nueva York, muy cerca de otras esculturas de los grandes libertadores de América, fue develada oficialmente ante la presencia del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la Isla caribeña, de dirigentes del Estado, el Partido y el Gobierno, una representación del cuerpo diplomático acreditado en el país y de la alcaldía de la ciudad de New York, así como de cubanos residentes en Estados Unidos y ciudadanos estadounidenses que generosamente contribuyeron a la realización de este proyecto.

“Hay serenidad en su rostro, aseveró el Dr. Leal al describir el monumento. Hay hermosura en el conjunto en que la bestia pisotea hierbas y lirios, quizás evocando aquellas palabras que siempre consideré la íntima premonición de su sacrificio: ‘Mi verso crecerá bajo la hierba y yo también creceré. Es la escena del 19 de mayo de 1895′.

“Pero hoy precisamente no nos detenemos a contemplar la muerte que él consideró como un acto necesario”, indicó el intelectual. No es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”. “O cuando ella se constituye en un carro de gloria; no venimos hoy con tristeza y apocamiento ante su monumento”.

Más adelante añadió que se alegraba “extraordinariamente que podamos los habaneros disfrutar hoy de una obra tan bella y tan poéticamente inspirada’”. Mencionó coincidencias históricas muy significativas para los cubanos:  aniversario 165 del natalicio del Apóstol y de su bautizo en la Iglesia del Ángel –situada muy cerca del parque Trece de Marzo–, aniversario 150 del inicio de la guerra de liberación y por la independencia absoluta, el aniversario 60 de la victoria de la Revolución Cubana –que se festejará el año próximo–, y todo ello incluido en el aniversario 500 de La Habana, “ciudad que fue testigo y protagonista de algunos de los acontecimientos más notables de la historia de Cuba y de América”.

Más adelante, el Dr. Leal destacó, de manera especial, la figura de Holly Block (1959-2017), recientemente fallecida, quien como directora del Museo del Bronx fue una de las más entusiastas impulsoras de la materialización del proyecto. Con voz emocionada, explicó que fue Holly Block con quien se entrevistó en horas de tristeza, “cuando ella y yo estábamos atacados por súbita enfermedad. Ella no pudo sobrevivir. Hoy en su nombre, agradezco a ese centenar de donantes, entre los cuales instituciones y personas lo hicieron desde una modesta contribución hasta la mayor”. Valoró igualmente el aporte de la emigración patriótica cubana y de “una dama mexicana que pide por modestia no aparezca su nombre”.

En otro momento de su intervención, el Dr. Leal recordó la noche anterior –27 de enero–, en que miles de jóvenes cubanos, descendieron de la colina universitaria con antorchas “para rendir hermoso tributo al Maestro, al Apóstol, como le llamó Fidel cuando en su defensa afirma, protesta y señala: ‘Cuba, qué sería de ti si hubieses dejado morir a tu Apóstol’.

“Por eso hoy, cuando nos acercamos ante este monumento rendimos culto a aquellos que hicieron posible que tus ideas prevalecieran más allá de la muerte. A las legiones que sufrieron y padecieron buscando un camino para Cuba; para esta Cuba actual para la cual luchamos”.

Al concluir su estremecedora alocución, Leal Spengler sentenció: “Te agradecemos, Maestro y Apóstol, por tu vida breve y generosa. No has muerto. Vives en nuestro corazones  (…)  Maestro, hemos cumplido. Cuba te agradece. El pueblo cubano todo deposita ante ti una ofrenda de flores, y estos signos, y estos trenos recuerdan que tu sacrificio no fue inútil. La bandera nacional flota en lo alto del monumento. No hemos seguido la práctica habitual, renunciando un poco a la tradición de arrebatar un velo –sería inmenso. Hemos preferido que sea la bandera la que se levante sobre el cielo azul de Cuba, cuando aun el sol no ha tocado nuestros ojos ni se ha levantado por las tierras de Oriente, esas tierras que por primera vez viste después que regresaste a Cuba. Bendito seas, Maestro”.

Durante el acto también intervino José A. Velázquez, representante de la Alcaldía de Nueva York, quien indicó que esa siempre ha sido una ciudad de inmigrantes y leyó un mensaje enviado por su alcalde, Bill de Blasio. “Celebramos con orgullo la amistad que nuestra ciudad comparte dignamente con Cuba. En nombre de Nueva York, les expreso mis mejores deseos de que tengan una agradable y significativa ceremonia”.

En nombre del Museo del Bronx de Nueva York, Jospeh Mizzi, presidente de su junta de fideicomisarios, saludó la realización del proyecto, y apreció los aportes de más de un centenar de donantes, a quienes agradeció su apoyo para lograr que el monumento  pudiera llegar hasta la capital cubana.

Desde el 3 de octubre del pasado año llegó a La Habana la réplica de la pieza esculpida por la artista estadounidense Anna Hyatt Huntington (1876-1973). Sobre el pedestal de granito de la gran estatua ecuestre se tallaron las siguientes palabras: “Apóstol de la Independencia de Cuba, guía de los pueblos americanos y paladín de la dignidad humana, su genio literario rivaliza con su clarividencia política. Nació en La Habana el 28 de enero de 1853. Vivió quince años de su destierro en la ciudad de Nueva York. Murió en combate en Dos Ríos, provincia de Oriente, el 19 de mayo de 1895”.

La escultura de bronce pesa ocho toneladas y media, y mide 5.67 metros de altura. El pedestal tendrá 5.03 metros de altura para un total de 10.70 metros de todo el conjunto; la base está revestida con piezas de granito negro, también donadas para la ocasión. Todos los elementos del monumento recuerdan al original, emplazado en New York, cerca de otras dos esculturas de los próceres latinoamericanos Simón Bolívar y José de San Martín.

 

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