Tomado del sitio web Habana Radio
Por: Estrella Díaz
La Villa de San Cristóbal de La Habana está a punto de cumplir sus 498. Cada quien la vive, la sueña o la siente a su manera: para Habana Radio es un privilegio hacerse eco de un grupo de diversas opiniones que, de manera exclusiva, han brindado en distintos momentos algunos artistas: hay un denominador común y es que, para todos ellos, La Habana fue o es, de muchas maneras, una inspiración.
“San Cristóbal de La Habana es una ciudad bella. Posee muchos lugares hermosos para el disfrute de los cubanos y de los que nos visitan. Cuenta con edificaciones, murallas, y castillos que datan de la época colonial. En todo el mundo se reconoce a La Habana como una ciudad deslumbrante, aunque no olvido a Santiago de Cuba, que también es una ciudad impresionante y que tiene una historia sobresaliente. Como es la cuna donde nací, no la olvido. En mi obra siempre trato de que en el fondo de una situación exista una escena cubana. Pretendo unir a nuestro país con el resto del mundo. En mis apropiaciones me esfuerzo porque aparezca Cuba, que exista una base de la cultura que me ha dado la razón de ser y de trabajar. Esa cultura está cimentada en la realidad de ser cubano, de vivir en esta maravillosa isla”.
Adigio Benítez (poeta, pintor, dibujante, caricaturista, grabador e ilustrador. Premio Nacional de Artes Plásticas 2002)
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“Aunque es meritorio e impresionante lo que ha hecho Eusebio Leal y su equipo en relación con el rescate La Habana vieja, hay otras partes de la ciudad que son hermosísimas. Soy habanera de pura cepa, es cierto, pero no he visto nunca una ciudad más linda que esta y he visto muchas ciudades del mundo, las he caminado, las he disfrutado y conocido. La Habana tiene una luz que no la tiene nadie. No he encontrado esa luz en ninguna parte del mundo: esa luz le pertenece, es propia y no tiene nada que ver con arquitectura ni con historia; es natural, está en su esencia y siento La Habana como un faro. Vivo en un lugar que –si lo deseo– me da posibilidad de disfrutar todos los amaneceres y todos los atardeceres y nunca son iguales, no se repiten. ¡Son bellísimas las imágenes que se pueden ver de La Habana y desde La Habana! Las canciones que se le han hecho a ciudad, son pocas y deberíamos haber muchas más: estamos en deuda. En diferentes épocas y distintos trovadores han hecho temas bellísimos, pero ninguno supera a la propia Habana. El que conoce a La Habana no se le olvida y se enamora de ella para siempre”.
Sara González (trovadora y compositora)
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“Nací en Santiago de Cuba y ahí hice mi primera exposición personal: Hombres de Mocha. Santiago sigue siendo mi ciudad y a ella regreso siempre que hay una ocasión, pero no puedo vivir en otro lado que no sea La Habana. La Habana me inspira muchísimo y sin ella no puedo trabajar. Cuando salgo de viaje no puedo hacer nada; tal vez, algún bocetico u otra bobería, pero para hacer lo que me nutre tengo que llegar a La Habana Vieja que ha sido mi guarida, mi cueva; sus muros, sus iglesias, sus piedras, su olor, sus ruidos y gente son mi gran fuente de inspiración. La Habana vieja tiene un verdusco que no he encontrado en otros sitios y sus gentes también poseen ese tono, acentuado por el color a tierra: es un color pegado a lo humano”.
Choco (Eduardo Roca Salazar) grabador y pintor. Premio Nacional de Artes Plásticas 2017)
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“Considero que la Ciudad de La Habana es una de las más hermosas del mundo e incluso su deterioro, en algunas partes, no le quita belleza. Ese encanto también lo tienen los habaneros y por extensión los cubanos que confluimos en la capital.
Es muy teatral la gestualidad del cubano. He tenido la oportunidad de viajar y ver La Habana desde la perspectiva de la distancia y te aseguro que es como una gran puesta en escena donde confluyen razas y culturas. Creo que ni nosotros mismos somos capaces de darnos cuenta hasta qué punto puede ser interesante para un foráneo una ciudad como esta”.
Aisar Jalil (grabador y pintor)
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“Viví unos siete años justo al lado de la Plaza de La Catedral, en La Habana vieja y eso me marcó. Durante mucho tiempo trabajé la relación entre la ciudad y sus gentes y la manera en que se vive en esta parte de la Isla. Hice muchos interiores de las casas, la Bahía… Creo que soy la artista que más ha pintado el Malecón. Esa etapa quedó atrás y a veces siento un poco de nostalgia, porque la mayoría de esos primeros trabajos se perdieron; queda alguna cosa en revistas u otra publicación, pero no conservé ninguno de esos trabajos. Pintaba porque era lo que me gustaba hacer y La Habana vieja era un encanto… Caminar por sus calles, descubrir a las gentes en sus casas, con sus historias, con sus leyendas, sus mitos, su religión. Sin dudas, fue una gran influencia”.
Alicia Leal (pintora, dibujante y grabadora)
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“Nuestra Habana es una ciudad con gran personalidad. A pesar del abandono que por años enfrentó, supo y pudo resistir. Uno siente que es una ciudad con fuerza, con majestuosidad. El trabajo que ha emprendido en los últimos años la Oficina del Historiador –con el doctor Eusebio Leal a la cabeza– es meritorio. Es muy importante que todos nos involucremos en el cuidado de la ciudad y el patrimonio que atesora: esa es la única manera para que las futuras generaciones puedan disfrutarla y ser herederos de lo que hoy cuidamos. La Habana Vieja siempre me sorprende: si te ausentas solo unas semanas, siempre te vas a asombrar de lugares nuevos que se abren u otros que cobran vida con la restauración. Esto tiene un gran impacto social no solo en aquellos que la visitan sino en los que la viven. Mucho se ha hecho, pero falta por hacer. Personalmente La Habana vieja ha sido motivo de inspiración y le he compuesto varias canciones –al cañonazo, a La Iglesia de Catedral, a la Giraldilla–, pero uno siente que está en deuda con ella. Falta, pero es emocionante redescubrirla día a día”.
Ángel Quintero (compositor y trovador)
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“No puedo ostentar el ser habanera porque nací en Cienfuegos, pero casi porque mis padres –huyendo de la pobreza del campo– me trajeron cuando apenas tenía dos años. Para mí La Habana es un estado de ánimo que cada vez crece más porque la ciudad también va creciendo. No son los mismos estados de ánimo cuando atraviesas el túnel de la bahía y te diriges hacia Alamar o hacia Cojímar que cuando vas hacia Miramar. Personalmente desde el año 1969, bajar por la calle Obispo, respirar la brisa del mar, hasta llegar a la Plaza de La Catedral y entrar al Taller Experimental de Gráfica, es de las partes más importantes de mi vida. Profesionalmente, sentimentalmente, cuando estoy por aquellos lugares siento una tremenda emoción. Antes estaba más fea, ahora está más bonita, pero sigue siendo la misma Habana vieja y ¡qué bueno que tenemos a un Eusebio Leal! que ha hecho posible –junto a toda su gente porque no ha sido él solo– conservar la ciudad, rescatarla. Recuerdo que en los años sesenta me encontraba con Eusebio por las calles y me decía: ¿sabes que van a abrir guaraperas en La Habana vieja? Y yo le respondía ¡mentira! y él me contestaba: ¡claro que es mentira, pero riégalo para que se dé! Creo que ese optimismo y ese tesón de Eusebio han hecho posible que hoy no solamente existan guaraperas, sino todas las demás cosas que se han logrado. Mi tema en los últimos veinte años ha sido la música, pero también la ciudad; si te metes dentro de una obra de mis obras inmediatamente verás columnas, medio puntos, vitrales y capiteles. La arquitectura, también, es un arte, la música es un arte, fabricar instrumentos es un arte, recorrer el espacio y el tiempo es un arte. Eso hace que sienta la ciudad a partir de la obra que realizo: ¡todo está imbricado!”.
Diana Balboa (pintora y grabadora)
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“Hace muchísimos años creo ser una pintora de La Habana e incluso cuando en un momento determinado se criticaba a los que hacíamos paisajes urbanos, continué fiel a esa línea. Me conmueve el lenguaje de las casas, entre otras razones, porque demuestra que el paisaje urbano respira: la prueba está en la enorme cantidad de paisajistas que están surgiendo con una obra imaginativa y técnicamente bien realizada.
Nuestra ciudad siempre está despierta: aquí no se escapa nada. El cubano es brioso y siempre tiene algo que comentar; tenemos una energía poco usual que, creo, deviene de nuestras tradiciones como nación. La Habana es una ciudad ecléctica. Desde los tiempos de la colonia importantes escultores, arquitectos e ingenieros llegaban con toda una carga del arte español, francés, italiano y de otras tierras, y lo volcaron en la ciudad.
Si observamos con detenimiento, por ejemplo, los grandes ventanales que caracterizan la arquitectura colonial, uno se da cuenta que son una adaptación que tiene que ver con las condiciones climáticas de la Isla, porque el verano cubano es de un excesivo calor. Esas características las he podido apreciar, igualmente, en Cartagena de Indias y en algunos fragmentos del Zócalo de México. Varias personas me han comentado que lo que he pintado les recuerda una esquina o un sitio que conocen y que está ubicado en otra parte del mundo. Creo que lo que pinto es la ciudad eterna, esa que, a pesar del paso del tiempo, vive en la modernidad”.
Ileana Mulet (pintora, dibujante)
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“Hace muchos años, no recuerdo exactamente cuántos, tenía un estudio en Mercaderes 2, al doblar de la Iglesia de La Catedral. Ahí viví un largo tiempo. Me encanta la Habana Vieja, es una ciudad inspiradora y donde realicé las diferentes ediciones de Don Quijote de la Mancha, publicado por el Instituto Cubano del Libro. Simplemente, la amo”.
Juan Moreira (pintor, grabador y dibujante)
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“La Habana Vieja por ser patrimonio es un símbolo para toda la Humanidad; es vestigio de lo que en un momento de nuestra historia fue capaz de hacer el hombre. El arte y la arquitectura coloniales hay que mantenerlas y recuperar lo que se pueda. Es un tributo a aquellas personas que crearon esas edificaciones que nos sirven para conocer cómo trabajaban aquellos artistas. Es decisiva la participación de los artistas contemporáneos en la restauración del Centro Histórico de La Habana Vieja donde mucho hay que hacer todavía. En todo esto, demás está decirlo, está un artífice que es Eusebio Leal de quien admiro –entre muchas cualidades– su capacidad para enfrentar con éxito múltiples tareas”.
Juan Narciso Quintanilla (escultor)
