Colón, una calle y su historia

Por Teresa de Jesús Torres Espinosa

Calle de los vidrios, del baluarte y de las canteras se nombró a la arteria Colón en distintas épocas, según explicó la historiadora Tatiana Guerra, de la empresa Restaura, durante el Andar la arquitectura, como parte del proyecto Rutas y Andares para descubrir en familia del presente verano.

La comitiva partió desde el parque situado frente al monumento al yate Granma, dedicado a América Arias  (1857 – 1935), esposa del que fuera presidente de la República, José Miguel Gómez. Fue una patriota, enfermera, correo y primera dama cubana, que llegó a alcanzar el grado de capitana del Ejército Libertador; propició la comunicación entre las familias y los levantados en la manigua.

Guerra comentó que el barrio de Colón, incluida su calle homónima, se formó en la zona de Extramuros cuando se derribaron las murallas que rodeaban a la otrora villa de San Cristóbal de La Habana.

Así, en las cercanías a la muralla se parcelaron los terrenos a precios muy caros, se erigieron edificios de gran monumentalidad; nacieron fábricas de tabacos, casas de huéspedes y también esa área se utilizó mucho para la recreación.

Se refirió al Palacio Presidencial, cuya construcción terminó en 1920. El edificio, de estilo ecléctico, en sus inicios no iba a tener esa finalidad, pero la esposa del entonces presidente le dijo a su cónyuge que el edificio sí reunía las condiciones para cumplir esa función. La cúpula del inmueble era una de las más altas de La Habana de la época. En 1974 se inauguró como Museo de la Revolución, y en 1976 se hizo el monumento al yate Granma.

El Palacio fue asaltado en 1957 por el movimiento revolucionario, que precisamente entró por la calle Colón. Muchos de los jóvenes participantes resultaron heridos y algunos se escondieron en el hotel Park View, situado en los alrededores. Levantado en 1928, los dueños del hotel eran unos griegos vinculados a la mafia norteamericana de la época.

Otro inmueble muy connotado del entorno fue la antigua fábrica de tabacos La Corona, ubicada en los espacios donde tuviera su sede el teatro Villanueva. Es un edificio muy imponente, con portales corridos y grandes ventanales. Ahora está deshabitado y se espera construir allí un hotel.

Siguiendo el andar, en la calle Colón, de mucha circulación vial, se aprecian asimismo casas del siglo XIX y el antiguo hotel Regis, para cuya construcción –a principios del siglo XX–, se derribaron varias viviendas. En un principio el edificio solo tenía tres pisos; la parte inferior era de tiendas y el área superior estaba destinada a casa de huéspedes. Luego se le añadieron nuevas plantas y en 1955 se reinauguró como hotel Regis, pero no fue tan renombrado como otros de la época. En la actualidad se restaura para devolverle su esplendor.

En una de las esquinas de Prado y Colón se encuentra el Fausto, primero teatro y después cine-teatro. Todavía mantiene las lámparas de estilo art decó que componen toda su estructura; se dice que su lobby exhibía muchos espejos. Fue el primer cine que tuvo aire acondicionado. El Fausto ganó medalla de oro en la década de los años 40 del pasado siglo; tiene una capacidad superior a las 1 600 personas.

A partir del Prado, inaugurado en el siglo XVIII como sitio de esparcimiento de la ciudad, comienza el llamado Colón profundo, un barrio con gran valor por su centralidad. Fue zona de tolerancia, donde confluía el vicio, la prostitución, las drogas y la convivencia de familias. Antaño el barrio de Colón era mucho más extenso; hoy su espacio se ha reducido. En él habitan hoy aproximadamente 24 mil personas y tiene una marcada población flotante.

Este barrio es conocido por la bulla; en él había bares, prostíbulos, posadas, y también numerosos teatros y cines. De esa época es conocida la casa de Marina, una señora que se dedicaba a la prostitución de clase alta.

En el entorno los andantes apreciaron algunos ejemplos de restauración, donde se respeta la arquitectura de épocas pasadas. También entraron al solar La California, que posee en el centro de su patio una gran ceiba, árbol sagrado en las religiones afrocubanas. Se dice que en un principio en ese sitio había numerosos barracones; luego fue lugar de vivienda para hombres  solos y después se convirtió en lo que es hoy, un sitio donde residen diferentes familias. Es el famoso lugar, donde Chano Pozo descargaba con sus amigos y set de filmación de numerosas películas.

En la calle Colón entre Águila y Blanco hay un edificio muy importante de principios del siglo XX (1901); era la planta generadora de electricidad para los tranvías de La Habana. Con grado de protección 2, se mantuvo activo hasta que surgió la planta de Tallapiedra. En los años 50 devino almacén y luego se convirtió en generador de electricidad soterrada.

El último de los andares de la arquitectura, del proyecto Rutas y Andares,  será el jueves 17 de agosto, dedicado a la calle Trocadero.

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