Por: Deivy Colina Echevarría. Especialista del Dpto. de Artes Visuales de la Dirección de Gestión Cultural
Historias de barrio son contadas cada jueves en los habituales recorridos por la arquitectura realizados por el Proyecto Rutas y Andares de la Oficina del Historiador en su edición 17. Esta vez fue la localidad de San Isidro quien regaló a los andantes otra mañana de aprendizaje por calles santas y cortas, como lo denominaran los organizadores del Andar. Un equipo de arquitectos e historiadores del arte, pertenecientes a la OHC, guiaron la actividad con gran aceptación entre los asistentes.
La salida se inició frente a los restos de la antigua Muralla que todavía se conservan, muy cerca de la Estación del Ferrocarril. Se explicó detalladamente la zona, encontrándose este Consejo situado al suroeste de La Habana Vieja, el cual abarca actualmente la calle Egido hasta la Avenida del Puerto y Acosta hasta Desamparados. Limita al este con el puerto, al sur con el Consejo Popular de Jesús María y al norte con el Consejo Popular de Belén. La arquitectura predominante en casi todos sus tramos data del siglo XVIII, siendo uno de los espacios que mejor alberga esta herencia patrimonial, aunque no el más conservado.
A su vez, el público conoció el origen del nombre de la calle, que no fue el único con el que ha llegado a nuestros días. Se le llamó en otros períodos, calle de la Tenaza, por la puerta de ese nombre ubicada en la muralla. Esta zona fue, desde el siglo XVI, lugar de asentamiento de muchas personas que llegaron a la Isla, denominándosele también como el barrio de Campeche. Entre finales del siglo XVII y principios del XVIII se comenzaron a construir viviendas más sólidas, las cuales sustituyeron a las de madera, existentes hasta esa fecha. Estas edificaciones familiares fueron diseñadas con una sola puerta y una ventana en su fachada y casi siempre de una sola planta. Con el paso del tiempo, algunas han sufrido modificaciones pero la arquitectura de baja altura ha sido la predominante. La entrada del eclecticismo a inicios de la época republicana en la Isla y luego en la década de 1950, dará paso a construcciones de nuevo tipo con varios niveles en su concepción, poro no llegan a ser predominantes.
Entre las historias populares de la calle está, sin dudas, la controvertida vida de Alberto Yarini Ponce de León, un personaje que ha pasado a la memoria colectiva cubana por sus dotes de chulo, rufián, gigoló o simplemente el Rey, como le gustaba hacerse llamar. Su vida aconteció en un contexto donde la prostitución era permitida pues San Isidro se había convertido desde 1902, en una “zona de tolerancia”, por disposición del último gobernador americano Leonardo Word. Esta práctica alcanzó su fin gracias a las labores del Dr. Enrique Núñez en 1913.
El barrio desde sus orígenes albergó a un segmento de la población muy vinculada a los trabajos del puerto, obreros, carpinteros y comerciantes, fundamentalmente por la conexión directa con variados establecimientos del comercio. Al final de la calle, acercándose a la Avenida del Puerto, se aprecian algunos inmuebles más contemporáneos y la desaparición de otros, víctimas del tiempo, de necesidades económicas y carencia de recursos o de la acción de los seres humanos sobre ellos.