Invoco su nombre… ¡Berenice!

Por Lic. Deivy Colina Echevarría. Especialista del Dpto. de Artes Visuales de la Dirección de Gestión Cultural

La literatura vuele a encontrar destinos posibles en las artes visuales. La Galería Villena del Centro Histórico de la Ciudad dejó inaugurada el pasado 16 de junio la exposición personal Berenice, del diseñador Omar Batista Jiménez. De este excelente relato corto del escritor estadounidense Edgar Allan Poe, renació un maravilloso encuentro con los misterios infinitos de la creación artística. La serie forma parte de Festival de las Artes del Instituto Superior de Arte (ISA) y fue premiada con la beca El Reino de este Mundo que otorga la Asociación Hermanos Saís (AHS).

La muestra se realizó a partir de una intervención total del espacio galerístico, concediéndole a las paredes un rol protagónico como receptoras de la historia. Este gran mural está acompañado de siete plumillas digitalizadas (cajas lumínicas) colocadas en las áreas intervenidas, las cuales dinamizan los muros e invitan al espectador a un contacto más íntimo con las imágenes mostradas.

El interés por esta pieza literaria ha estado, desde hace algunos años, muy apegado al joven creador cubano. Su acercamiento al relato de Allan Poe, acontecido en una atmósfera oscura y plena de imaginación, le concedieron a Omar Batista las herramientas para armar una historia entre luces y sombras, blancos y negros, que invita a reflexionar sobre la naturaleza de los seres humanos y sus conflictos existenciales.

El escritor nos presenta a Berenice como una joven hermosa, desbordante de fuerzas, vagando despreocupadamente por la vida. Su primo Egaeus, un ser enfermizo y envuelto en melancolía, aparece entregado en cuerpo y alma a la intensa y penosa meditación. Ella cayó gravemente enferma hasta su muerte y él se obsesionó con sus dientes. ¡Ojalá nunca los hubiera visto o, después de verlos, hubiese muerto! (Edgar Allan Poe). A partir de esta precisión ocurre un trágico final en el cuento que ha servido Omar para situar al espectador ante la paradoja de desear algo y las posibilidades reales de poder adquirirlo.

Las imágenes trabajadas en la exposición están apoyadas por fragmentos de textos de la propia obra literaria, que ganan en protagonismo junto a otras áreas invadidas por un rojo intenso, las cuales contribuyen a matizar el posible contacto fío o distanciado sobre la muestra de manera general. La exposición estará abierta al público hasta el 21 de julio, sumándose a las variadas propuestas de Rutas y Andares, en otro verano cargado de nuevos encuentros culturales para descubrir en familia.

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