Sumarse al movimiento

Tomado del sitio web Habana Radio
Por María Karla Villar Mora

Isabel Bustos
Isabel Bustos, creadora de los festivales “Habana Vieja: ciudad en movimiento”

Las calles adoquinadas, los balcones cansados, la música popular y tradicional rondando en las esquinas han hecho siempre de La Habana una «ciudad en movimiento». Sin embargo, por estos días el ingenio y la creación artística de Danza Teatro Retazos hacen esta peculiaridad más visible en el centro histórico de la capital.

Habana Vieja: Ciudad en movimiento, es un evento que cada año se renueva. Veintidós primaveras no han bastado para que la compañía danzaría, que habita y se nutre del epicentro capitalino, salga a regalarle a la urbe su talento artístico en total armonía con el entorno añejo de esta ciudad.

Sin cesar, ciento veinte horas de danza en las calles, parques, plazas y casas habaneras convierten a este evento en un suceso trascendental. Su fundadora Isabel Bustos, Premio Nacional de Danza 2012, no puede evitar pensar en la evolución de Danza Teatro Retazos y de la experiencia de llevar el movimiento a los paisajes urbanos. “Pensar en cómo llegué a La Habana Vieja, cómo fueron los primeros festivales cuando íbamos con el equipo de sonido cargado a un lado, los bailarines por el otro, el maletín en la espalda; y bailábamos en una casa, después en un parque, andábamos así de un sitio al otro. Fueron vivencias tremendas, fueron batallas porque en el centro histórico no se entendía eso, y por tanto era un reto armar esto aquí. ¡Era muy difícil: no toques el jarrón, cuidado con la escalera, la pared, la columna, no te acerques al balcón! La gente no nos quería en las casas – nos tenían terror- era el miedo a lo desconocido. Pero poco a poco fuimos lográndolo, lo que me parece muy interesante porque de seis o siete personas que éramos -a veces hasta cinco- llegar a mil 300 que hemos sido en algún momento, es un cambio grande. Llegar a los 30 años ha sido una proeza y a la misma vez una felicidad”.

No obstante, cada edición constituye para ella y sus bailarines un nuevo reto. Al de este año se han sumado más de 40 compañías nacionales e internacionales. Los motivos se hacen evidentes para la maestra: “conocer la ciudad, la idiosincrasia del cubano, lo abierta que es la gente para nuevos conocimientos y nueva forma de pensamientos; y al mismo tiempo la importancia del centro histórico, su historia, su entorno, sus puertas, sus columnas, todas las historias que encierran y hay detrás de esas casas es muy interesante. Y pienso que la gente que viene de afuera de alguna manera lo recibe y a la vez La Habana Vieja lo hace suya. Es un momento en el cual ellos se entregan a la ciudad, por lo tanto hay una relación amorosa muy creativa que solamente pasa en esos días del Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos. De pronto la ciudad se transforma y es mágico, es como tocar el cielo con las manos”.

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Danza Teatro Retazos se caracteriza por lo contemporáneo y lo novedoso pero Bustos no deja de sorprendernos. En este 22 Festival presentará nuevamente su más reciente obra, Tiempos de arena, “un llamado de alerta a que el ser humano cambie un poco, se sensibilice ante los problemas que estamos viviendo en el mundo, y tenga una actitud diferente.” Además, este año se pretende incentivar más la espontaneidad de los transeúntes y su incorporación a las representaciones danzarías; y valora la incursión de los bailarines en otros entornos citadinos más concurridos como el Malecón o el mercado.

La compañía no se detiene, sigue en movimiento. “A mí me encanta la Habana Vieja, me enamoro de ella siempre. Pero a mí me parece que esto mismo, en algún momento, se puede hacer; por ejemplo, en Camagüey que tiene unas callecitas tan pequeñas y estrechas, con esculturas, cántaros y ciertas características especiales. Ciertamente, este festival se puede hacer en muchos lugares – de hecho se hace en otros países-. Pero por ejemplo, en España, que tiene ciudades tan grandes, trasladarse de un lugar a otro hace que la intensidad de las cosas, el ritmo de las puestas, el mismo caminar y sudar, y la euforia del momento, desaparezcan. No todas las ciudades tienen las condiciones de La Habana, que le imprime un sello particular, pero sí considero que cada día tenemos que extendernos un poco más.”

Mientras tanto, Isabel Bustos vuelve a hacer del abril de La Habana un entorno más vivo e hiperactivo y aunque fue la iniciadora de este nuevo lenguaje artístico-danzarío en la isla siente que este proyecto ya no es suyo, “es de la ciudad. Bien se puede hacer ya sin mí y eso me gusta porque la gente tiene que delegar y los jóvenes tienen un papel social, algo que decir, que hacer; creo que esa es una meta importante para el país. Yo estoy tratando de que mis bailarines sean maestros, sean coreógrafos, sean directores de escena, aprendan sobre luces, sonido, etc. Uno se puede retirar, pero las cosas no pueden morir. La gente tiene que apropiarse de todo y sentir que es parte de ello. Es sumarse al movimiento, te puedes sumar tú también.”

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