Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
El entorno más antiguo de la capital cubana abre por estos días sus calles, casas, plazas, parques y rincones más desconocidos para promover la danza. Así, miles de espectadores, lugareños y foráneos, se acercan a una combinación de manifestaciones artísticas inspiradas en la historia, la arquitectura y el diseño de una de las urbes más hermosas y mágicas del mundo.
Se trata del XXII Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos: Habana Vieja, Ciudad en Movimiento, la fiesta callejera danzaría que convoca a cientos de bailarines, artistas y coreógrafos a interactuar con los pobladores en los espacios públicos. Esta vez participan creadores de quince países más compañías de diferentes provincias cubanas.
La Calle de Madera de la Plaza de Armas acogió este jueves disímiles presentaciones, precedidas por un pasacalle a ritmo de conga. Así, los integrantes de Raíces Profundas (La Habana), se presentaron con un fragmento de su reciente estreno mundial Oggún – Oshosi – Casería. Luego, desde ese propio escenario partieron los zanqueros con una muchedumbre detrás, rumbo a las esquinas de Mercaderes y Obrapía, donde actuó el grupo Danza Espiral, de Matanzas, con la pieza Variaciones del Cubo Rubik
En el Parque Rumiñahui vibró también la danza con las agrupaciones Danza Lyali Corazón de la tierra (México) y la Compañía Musicaribe (Matanzas), que deleitaron al público con Raíz de mi tierra y Carnaval. Luego la Plaza de Armas volvió a enardecerse con los ritmos de las agrupaciones Signos Vitales (México), Merecumbé (Costa Rica), y La Quinto Danza (México), que regalaron las obras Siete años de flores para ti, Baila Costa Rica y un fragmento de Mictlan.
Otros escenarios que en esa jornada atrajeron la presencia de los caminantes en Danza Callejera fueron las Casas Benito Juárez, Oswaldo Guayasamín, África y la sede de Danza Teatro Retazos, en los que irrumpieron artistas de Ecuador, Estados Unidos, Uruguay, España, Bélgica, Chile y Cuba.