Por Carina Pino Santos
La ciudad ilustrada. Resultados del taller de ilustración Laboratorio de Soluciones 2015/2016 es una publicación que ha emanado de un esfuerzo meritorio por parte de los especialistas de artes visuales de la Dirección de Gestión Cultural, Patrimonio Cultural, de la Oficina del Historiador de la Ciudad, así como de la iniciativa y contribución desde la III y hasta la V edición del taller, del pintor, ilustrador y profesorAbenamar Bauta.
Este proyecto tuvo en su edición, a la par, el apoyo de la Xunta de Galicia, la Unión Europea y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El Laboratorio de Soluciones es parte del Proyecto de desarrollo social integral y participativo de los adolescentes en La Habana Vieja a+espacios adolescentes y en este caso ha implicado la participación de ese grupo etáreo interesado en las artes plásticas, específicamente en la ilustración gráfica y en libros.
Es un proyecto modélico que sería maravilloso se aplicara, algún día, de forma extensiva en los diferentes niveles educacionales del país, ya que contribuye a la imaginación creativa de los adolescentes y jóvenes, y en general, a concienciar el papel de la ilustración como vía para comunicar imaginarios literarios y plásticos.
En este caso, los estudiantes además, recibieron un aprendizaje que les dotó de lo necesario para apreciar las artes visuales y adquirir una capacidad para el disfrute estético.
Resulta llamativo cómo incluso, aún sin proponérselo el proyecto, puesto que el taller no tiene como objetivo la enseñanza especializada, tres de los talleristas, cuyos trabajos se encuentran en estas páginas, descubrieron su vocación, y actualmente se han vinculado en sus estudios superiores al arte y la arquitectura.
Es de subrayar el mérito de este taller si pensamos en la incidencia de la ilustración en el reflejo de los conceptos sobre el mundo en los niños y jóvenes, así como el papel fundamental que desempeña en la educación general. En ese sentido, los talleristas conocen técnicas artísticas, elementos formales de la plástica, y sobre todo, conforman una sensibilidad hacia el lenguaje plástico y se ejercitan en cómo interpretar el entorno social con un vocabulario de signos plásticos, al igual que asumen el texto y la plástica misma desde la creación visual y la investigación.
En La ciudad ilustrada los estudiantes debieron realizar una lectura de poemas y haikus, y ello implicó que le incorporaran su propia cultura que conlleva, además, por su edad, al comic, al manga, la multimedia, los videojuegos, y a la vez los jóvenes se convirtieron en activos y creativos, no en pasivos e inertes lectores antela literatura y la apreciación del arte. Todo ello sabemos que, asimismo, redundará en su interés futuro por ver arte, por visitar galerías y museos, sitios web de artistas o ver multimedias sobre apreciación e historia del arte, independientemente del campo que elijan para su profesión u oficio posterior.
En las páginas observamos que se le ha otorgado tanta importancia al texto que sirve de motivación para los talleristas, como a la obra plástica realizada por ellos, eso les incitará a comprender que la ilustración como arte, no es reiteración o simple decoración de un texto, sino significa crear imágenes visuales con significados plurales, desde la más fértil imaginación.
La iniciativa, con las ilustraciones de estos estudiantes y profesores, modestamente recogida en las páginas de La Ciudad Ilustrada es digna de elogio, así como la participación de esos jóvenes, y también de los maestros y especialistas de la Oficina del Historiador de la Ciudad.