Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
“Hablar de Miramar es un tema obligado al referirse a la mejor arquitectura del siglo XX”, sostuvo María Victoria Sardoya, vicedecana docente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Tecnológica de La Habana, al presentar el libro Centenario de Miramar. Reparto habanero, de un colectivo de autores, en la Casa de las Tejas Verdes de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.
Sardoya explicó de manera detallada cada uno de los artículos del libro: “Miramar cumple 100 años”, de Felicia Chateloin Santiesteban; “Sociedad y cultura del ocio en La Habana del oeste”, de Félix Julio Alfonso y Patricia Zornoza Suárez; “Playa frente al espejo”, de Mario Coyula Cowley; “Visión gráfica de una centuria”, de Severino Rodríguez Valdés, y “Miramar en cien plumillas”, de Evelio Toledo Quesada. También comentó el texto inicial “Lecciones de Miramar”, de las compiladoras Rita María Hernández y Alina Ochoa, así como al prólogo “La Habana antes de Miramar”, del arquitecto José (Pepe) Linares.
Explicó que se trata de un libro lindo y útil, que solo con verlo nos da deseos de tener y, por supuesto, de leerlo. Sus páginas compilan “trabajos disímiles de distinto alcance, con un hilo conductor muy bien hilvanado por las compiladoras, que es el interés de estudiar un sector muy valioso, pero como no es tan viejo como otros sectores de la ciudad, no siempre hay una conciencia de su valor patrimonial y de su larga historia”.
Se detuvo en el prólogo del volumen, que introduce al lector de manera muy rápida en La Habana antes del nacimiento de Miramar y también menciona algunos hechos importantes que se dan en paralelo al inicio y a la gestación de este reparto.
De manera particular, Pepe Linares destaca en el prólogo el artículo “Miramar en cien plumillas”: “Esta obra, donde confluyen investigaciones muy acuciosas, a cargo de acreditados expertos, está magníficamente ilustrada por planos, mapas e imágenes de edificaciones primigenias. Evelio Toledo Quesada, con sus cien plumillas, rescata una forma de representar prácticamente desaparecida del panorama cubano de las artes plásticas (…)”.
En ese sentido, María Victoria Sardoya indicó que “este colofón del libro constituye una pequeña guía de Miramar, porque incluye cien obras importantes adecuadamente ubicadas en un plano, con una ficha muy profesional, lo cual facilita su localización. Estas plumillas permiten tener un reflejo de la variedad estilística y homogeneidad que a la vez caracteriza a Miramar”.
En tanto, Mario Cremata, director de Boloña, señaló que para su editorial ha sido un placer hacer el volumen, pues no se había escrito casi nada sobre Miramar. Es una lástima, dijo, que ello se haya dilatado tanto, pero lo importante es que ya tenemos el texto aquí. Con edición de Charo Guerra, el título tuvo el diseño de Carlos Alberto Masvidal, quien realizó un trabajo genial. “La propia cubierta del volumen constituye un impacto porque se trata de un símbolo del reparto”, apuntó Cremata.
