Jacques Prévert se pasea por La Habana.

Por Deivy Colina, Especialista de la Casa Víctor Hugo

Agosto fue un mes de grandes alegrías para la Casa Víctor Hugo, institución cultural que una vez más, se sumó al proyecto de Rutas y Andares, para descubrir en familia. Durante ese período se continuó el trabajo con el Taller infantil Théâtre-Ando, así como los Andares Virtuales con el Sendero de la Francofonía y el documental “Ya era otoño en París”, sobre la vida y obra de Wifredo Lam, nuestro pintor universal. Los amigos que cada mes nos vistan agradecieron cada iniciativa de la Casa a favor de la promoción cultural entre los diversos públicos.

Como actividad relevante del centro, destacan dos exposiciones rescatadas de los fondos atesorados por la Casa, las cuales desde el mes de agosto ambientan al recién restaurado inmueble. La primera, en la Sala Gavroche, recoge en versión resumida una historieta sobre el libro Los Miserables, del escritor francés que da nombre a la institución. Diez cuadros con 20 ilustraciones conforman la muestra, la cual ha sido de gran aceptación por los visitantes, sobre todo los de origen francés por encontrarse los textos en dicho idioma. Esta exhibición es una continuidad del trabajo realizado en el centro para promover la obra de Víctor Hugo, desde todos los ámbitos de las manifestaciones artísticas, en este caso con la conjunción de imagen y texto para ambientar la obra literaria.

La otra muestra que nos acompaña es la de Jacques Prévert, importante poeta, dramaturgo, letrista y guionista francés de carácter rebelde, que transitó todos los géneros como escritor y se extendió igualmente hasta el campo de la música. La exposición es una selección de las piezas con las que cuenta la Casa, las cuales llegaron de la mano de la Asociación Cuba Cooperación Francia hace algún tiempo junto a la de Los Miserables, a manera de colaboración cultural realizado por la Asociación, quienes han apoyado al Centro desde los inicios, cultural y financieramente.

En esta ocasión, se han seleccionado fotografías de Prévert junto a amigos y otras que recogen parte de su infancia con familiares y compañeros de escuela. Entre ellas destaca la imagen donde está acompañado de Alexandre Trauner, importante diseñador escenográfico y de producción, así como la de Joseph Kosma, compositor de origen húngaro y nacionalidad francesa, quien formó parte de la compañía de teatro ambulante de Bertolt Brecht. Otras piezas recogen ambientes íntimos del escritor y recuerdos de su infancia.

De gran imaginación son los trabajos pertenecientes a las prácticas del collage, en las que se integran de forma creativa imágenes de personas con rostros de animales, para configurar seres zoomorfos con una intensión caricaturesca pero de excelente factura artística. Estos trabajos forman parte del interés por el movimiento surrealista, del cual Prévert había sido parte desde 1926 hasta 1929, momento donde rompió los vínculos con dicho grupo a raíz de profundas contradicciones con su líder: André Breton.

Su labor en el cine también ocupa un espacio significativo en la muestra al dejar testimonio de su estrecha relación de trabajo con el cineasta Marcel Carné, para quien escribió varios guiones, entre ellos el de los filmes Los niños del Paraíso (1945), considerada una de las mejores películas de la historia del cine y realizada en condiciones precarias, antes de la liberación de la ocupación nazi, y la película Artletty.

A su vez, los visitantes podrán conocer de la cercanía del escritor al movimiento teatral del entorno parisino, y su colaboración con el grupo Octubre, en la escritura de guiones y puesta en escena. Esta experiencia teatral se desarrolla fundamentalmente en la década de 1930, etapa en la que Jacques continúa haciendo frente a todas las fuerzas de opresión social y se mantiene en constante apoyo a la clase humilde.

En la segunda mitad del decenio de los 40 escribe su más grande éxito, el poemario “Palabras”, recién terminada la II Guerra Mundial y su obra alcanza una visibilidad y un reconocimiento mayor. La exposición recoge algunos manuscritos de sus poemas y una sección de tarjetas con frases célebres de este escritor que han transitado en el tiempo por la veracidad de los textos. Entre ellas tenemos: Todo se perdió, excepto la felicidad, Ríete en la muerte y muérete de risa y Cuando la verdad no es libre, la libertad no es real. Pensamientos difíciles para un contexto hostil, pero cargadas de grandes ansias de esperanza y felicidad.

La obra de este prolífero escritor demuestra la grandeza de un hombre que nunca abandonó sus ideas políticas y pronunciamientos a favor de los más oprimidos. Durante mucho tiempo fue rechazado en el ambiente literario del París de inicios de siglo XX y su obra fue mal llamada “repugnante” por el hecho de ser popular. Su amplia carrera demostró todo lo contrario y es recordado como por su genialidad creativa, ahora en la Casa Víctor Hugo.

 

 

 

 

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