Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
El arquitecto español Antoni Gaudí Cornet (1852-1926) fue el máximo representante del modernismo catalán. El creador tuvo un sentido innato de la geometría y el volumen, y una gran capacidad imaginativa que le permitía proyectar en su mente la mayoría de sus obras antes de pasarlas a planos. En realidad, pocas veces realizaba planos detallados de sus obras; prefería recrearlos sobre maquetas tridimensionales, moldeando todos los detalles según los iba ideando en sus pensamientos.
A propósito del aniversario 90 de su natalicio, en este mes, quedará inaugurada una muestra en recordación del reconocido artista. Gaudí, entre el póker y el dibujo podrá apreciarse en el Espacio Barcelona-La Habana, donde se desarrolla un proyecto comunitario que involucra a niños, jóvenes y adultos.
La exposición estará compuesta por un juego de póker de la colección del Museo de Naipes, con dibujos realizados por el artista Josep Opisso, inspirados en edificaciones como la Sagrada Familia, la Pedrera y la Casa Vicens, entre otras.
También será exhibida una artesanía que representa al célebre lagarto del parque Güell (1900-1914), de Barcelona, realizada en el taller de encajes de bolillo de la institución habanera.
Concebido por Gaudí, el Park Güell parece sacado de un cuento de hadas. Es un lugar extraño, peculiar, incluso onírico, pero muy bello. Un paseo por este sitio despierta incluso a las imaginaciones más adormiladas. Sobresalen las curiosas formas y las atrevidas combinaciones de colores, que, mezcladas con la vegetación, crean un mundo diferente y atractivo para el visitante.
En las formas arquitectónicas aparecen constantemente caracoles, setas, hojas, flores, troncos o elefantes.