Detalles de la evolución a lo largo del tiempo de dos de las emblemáticas plazas del Centro Histórico, devenidas espacios culturales de nuestra ciudad, conforman dos de las exposiciones inauguradas esta mañana como parte de las celebraciones por el Día Internacional de los Museos.
Muy acordes al lema Museos y paisajes culturales, elegido este año por el Consejo Internacional de Museos (ICOM) y sobre el cual girarán todas las acciones para celebrar esta fecha, ambas exposiciones evidencian los cambios que se han producido en estos espacios que han ayudado a conformar el imaginario popular de La Habana y la identidad de los habaneros.
En la primera de las muestras, abierta al público en el Museo de Arte Sacro del Convento de San Francisco de Asís, se descubre la Plaza de San Francisco, las edificaciones construidas en ella y los cambios y trasformaciones que han sufrido desde los primeros siglos de la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana, a partir de fotografías y grabados de la colección del Archivo Histórico y la Fototeca de la Oficina del Historiador de La Habana; de un volumen de cartografías y planos primitivos de La Habana realizado por el Archivo General de Indias y del libro La Habana desaparecida, de Francisco Bedoya. Complementan la exposición instantáneas del fotógrafo Néstor Martí que dan muestra de la vida contemporánea y cultural de la Plaza.
Por su parte la exposición Paisajes en el tiempo, que puede ser apreciada durante todo el mes de mayo en las verjas de la fuente de la Plaza Vieja, da cuenta de la historia de este paisaje urbano, el espacio público y arquitectónico que lo rodea y los cambios en su uso social a partir de imágenes de entre 1763 y 2015 en las que se evidencia también el trabajo de rehabilitación llevado a cabo por la Oficina del Historiador de La Habana.
La inauguración fue propicia para homenajear a todo el personal que labora en los museos, que no solo trabaja en la gestión de las colecciones sino también en su preservación, custodia, de cara al público, y que tiene en el siglo XXI el gran reto de permitir que estas instituciones sean comprendidas como un ente vivo con gran responsabilidad social en la sociedad de la que forman parte.